No pasó un mes cuando Marc y su novia retomaron la relación. Ella le llamó devastada y le pidió por favor que volviesen juntos. Él seguía perdidamente enamorado de ella y no dudó un solo segundo en aceptar. Por alguna razón, aquella vez no me dolió tanto saber que estaban juntos de nuevo.
Si bien cada vez hablaba un poco menos con Marc, con Edgar hablaba a diario. Y me sentía muy bien al decir que era él quien me buscaba la mayor parte de las veces. Era él quien me mandaba mensajes a mí porque quería hablar con alguien y no se le ocurría alguien mejor que yo. Incluso vino a verme un día a mi pueblo, y pasamos la tarde en casa de mi tía, que estaba de vacaciones, viendo películas y escuchando música mientras hablábamos de todo y de nada.
Fui a su casa en un par de ocasiones también, me invitó a cenar, me llevó al cine. Hizo todo lo que alguna vez había soñado que Marc hiciera conmigo, la diferencia fue que con él no tenía expectativas. No me había creado ilusiones, y cada día me sorprendía con algo diferente. Me sorprendía estando incondicionalmente para mí.
Una parte de mí decía que Marc también estaba ahí siempre, pero otra me decía que aquello era distinto. Que podría llamar a Edgar a cualquier hora y acudiría sin hacer preguntas. Y aquella sensación me embargaba cada vez que estaba con él, me sentía más feliz, más afortunada. Me sentía más yo.
M: Cada vez me hablas menos...
L: Últimamente tengo menos tiempo para estar con el móvil, Marc. Mi abuela se encuentra mejor y estoy aprovechando para salir todo lo que puedo, podrías venirte un día con Edgar y conmigo. Salgo mucho con él por ahí últimamente.
M: Eso ya lo sabía. ¿Qué os traéis vosotros dos entre manos?
L: No sé a qué te refieres, Marc.
M: ¿Estáis juntos?
L: ¿Qué? ¡No! Y aunque lo estuviéramos, tampoco te debería importar.
M: Lo siento, tienes razón.
L: No pasa nada... Oye, tengo algo que contarte.
M: Dime preciosa ;)
L: Me voy a Irlanda este verano. Necesito cambiar de aires, y probablemente me quede hasta diciembre allí. Aunque no descarto alargarlo un año.
M: ¿A Irlanda? ¿Tan lejos? ¿Por qué?
L: Ya te lo he dicho, necesito cambiar. Mi abuela está recuperada, y tengo muchas ganas de viajar por el mundo. Es mi sueño, ya lo sabes.
M: Ya... me alegro por ti, Lara. Me alegra que vayas a cumplir tu sueño.
L: ¿Nos veremos antes de que me vaya?
M: No lo sé, la verdad. No creo que baje a Madrid. Helena ha venido para quedarse los tres meses de verano y quiero aprovecharlos.
L: Me imagino... bueno, si sacas un hueco en tu agenda, dímelo. Este fin de semana Edgar y yo vamos a ir al parque de atracciones, así que si te quieres venir con Helena... estáis invitados los dos.
M: Se lo comentaré.
MZx

ESTÁS LEYENDO
¿Finales felices?
Historia CortaHay una fina línea entre ser una fan con suerte y una amiga de verdad. El problema fue la confusión.