No sabia si le volveria a ver solo
sabia que le quería, que no le podría olvidar, que era el único que me hacia sentir bien.
Por fin llegue a Madrid, Indara y yo teniamos toda la cara morada y los ojos hinchados de tanto llorar. Verdaderamente yo estaba peor, habia jodido a mi amiga por solo escaparme con el. Ahora ya no tengo ni movil, otro problema, ¿como me iba a llamar mi madre?
Estaba tan mal que no quería ni hablar. Solo le pedi perdona a Indara por haberla separado de Daniel.
-Tu eres tonta, ¿verdad?, a mi me importa que estes bien, no tienes culpa de nada.
Me caian lagrimas de felicidad y tristeza, ya entiendo por que me dicen que soy bipolar.
*Toc toc*
Sonó la puerta, me levante del sofá descalza con mis calcetines morados y me dirigí ha abrir. Si o si, a Indara y a mi nos iba a gustar lo que nos esperaba ahí detrás de la puerta.