"Como la hoja en otoño, caemos impotentes hacia el abismo del desastre"
~Bejamin CorvoOctubre 30, 1940
Mi mente todavía estaba liviana por los medicamentos y mis brazos con el pasar de los días comenzaban a recuperar su fuerza. Ya mi vista había regresado y a mis piernas la fuerza había regresado. No me sentía de esta forma desde hacia varios inviernos. Solo utilizaba un viejo bastón que tenia guardado desde mi herida durante la guerra, pero en mi corazón sabia que pronto lo guardaría nuevamente. Un aliento de esperanza me envolvía y como gasolina alimentaba mi viejo corazón que respiraba nuevos bríos.
"Amor"
La dulce voz de mi esposa interrumpió mi meditación y la contemplación de una nueva etapa en mi vida, la cual miraba con optimismo y furor.
"Aquí esta tu almuerzo"
La voz de Rubí entro al cuarto acompañada por el dulce olor a una crema de calabaza.Con su delantal crema y adornado de calabacines y una enorme sonrisa abrió la puerta con su caderas y se acerco despacio mientras me contemplaba con ojos enamorados. Aquellos ojos brillantes que me cautivaron hacia ya cuatro décadas.
"Veo que estas recuperado, ahora debo de tener cuentan. No valla a ser que te llamen para enlistarte nuevamente"
Bromeó mientras colocaba la bandeja en la mesita de noche junto a una foto nuestra."Amor, sabes que estoy demasiado de viejo ya"
Comente mientras se me escapaba una risa y Rubí se abalanzaba sobre mi robándome un beso.
"Rubi... Amor ¿no tenia que comer?"Con una mirada picara que no veía en años volvió a posar sus labios sobre los mios a la vez que me decía.
"Bueno, Tony..."
Y una risita se le escapo a la vez que tapaba su boca con su mano.
"Veo que todavía aquel soldado se a levantado en pie de guerra"Los rubores subieron a mi cara al notar que junto con los nuevos bríos había llegado el reavivamiento de partes que pensaba se habían dormido en la muerte desde hacia varias primaveras.
"Amor... Las pastillas"
Comente fútilmente mientras Rubí saltaba sobre mi con un deseo que no veía hace mucho.
"Bueno, creo que mi esposo no necesita mas de pastillas ni remiendos tradicionales"
Y con eso nos metimos bajo las colchas.La tarde paso despacio y la fina lluvia decoraba aquel cuadro otoñal que contemplaba junto a mi esposa a la vez que tomábamos una taza de café.
Su rostro estaba rosado y me dedicaba miradas de complicidad a la vez que dejábamos que el silencio nos acompañara.Cuando la tibia pierna de Rubí la sentí rosar la mía debajo de la mesa al tiempo que me susurraba unas palabras.
Sonreí mientras tomaba un sorbo de mi café y le dedicaba una guiñada. Al parecer no era el único que se sentía con mas energía. Ya mi esposa no utilizaba el inmovilizador y su mano, podía garantizar que estaba tan flexible y fuerte como hacia unas décadas atrás.
Estábamos perdidos en nuestros pensamientos cuando la puerta sonó con un poco de brusquedad.
"¿Si?"
Ya sabia de quien se trataba, pero el que interrumpiera aquel momento lo hacia indeseable.
"Pasa Ruben"El chico siempre tuvo la mano pesada, y era uso y costumbre que golpeara la puerta de forma inclemente como si la quisiera tumbar.
"Tony, Rubí, buenos días"
Su cortesía nunca faltaba.
"Don Tony que bueno verle, se ve fuerte""Si, me siento como nuevo"
Mire a ni esposa mientras sonreía.
"Nada como el cuidado de una mujer"
Ella sonrió por lo bajito al momento que se tapaba la boquita.
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Enciende La Luz "El Diario"
Horror"te mira cuando sueñas te mira cuando duermes el señor Bombaña viene a verme arropate bien no descubras nada esperate quieto y no digas nada aguanta la respiración agarra tu frazada esta es la canción aguanta que ya llega la mañana"