Capítulo 1

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Un golpe.

Otro golpe.

Y otro.

Siento el sabor metálico de la sangre en mi boca mientras me retuerzo en el suelo por el dolor. Otro golpe. Los cristales en el suelo con el líquido de la cerveza traspasan mi piel débil por los brazos y piernas y hago la peor mueca de dolor que he hecho en estos últimos años. Las lágrimas salen descontroladamente sin dejarme ver con claridad.
-Esto te pasa por ser un inútil que no sabe ni traerme una estúpida cerveza sin tropezarse. – Otro golpe. – Ahora ve a lavarte y estate presentable para esta tarde. Tenemos visita. Y limpia este desastre. – Se aleja de mí yendo a su habitación balbuceando palabras por culpa de la borrachera que lleva.

Me arrastró por el suelo como puedo hasta alejarme de los cristales. Me quito los que se me han clavado en los brazos y las piernas con mucha dificultad y dolor y consigo levantarme con la ayuda de los muebles y paredes. Me dirijo al baño cerrando con pestillo. La bañera empieza a llenarse mientras me quito la ropa con la misma dificultad. Al poner la pierna izquierda dentro del agua el dolor aumenta y el agua poco a poco se va tiñendo de rojo. Me quedo quieto cuando entro por completo y me siento. El dolor no deja moverme. Hecho la cabeza hacia atrás. Sigo llorando. ¿Cuándo acabará esta pesadilla?

Pasa mucho tiempo – o al menos eso creo – hasta que me doy cuenta que el agua está completamente roja por la sangre. Decido quitar el tapón para que se vaya el agua. Abro el grifo y me empieza a caer gota tras gota en mi cabellera. Me levanto haciendo muecas de dolor y me limpio la sangre que me sigue saliendo. Cojo el jabón y me lo hecho por el cuerpo. Me arde todo por culpa de esta ficción. Me pongo champú en el pelo limpiando bien el cuero cabelludo. Hago ademán de quitarme el jabón y salgo de la ducha envuelto en mi albornoz. Por suerte ya no me sale sangre de algunos cortes.
Voy hasta la pica y abro el cajón encontrándome con el botiquín de emergencias. Lo cojo y me siento en el suelo con cuidado apoyándome en la bañera. Empiezo a curar los golpes y cortes, poniendo tiritas en estas.
Cuando termino, me levanto y dejo el botiquín de vuelta al cajón. Salgo del baño y voy hacia mi habitación para vestirme.


Llaman a la puerta. No me muevo del sillón. En cambio él se dirige hacia esta para abrirla y dejar pasar a dos personas. Uno de unos 40 años y otro de unos 21 o 22 años. Me levanto para hacer una reverencia y una sonrisa sin que se note que es fingida.

- Vaya, ¿este es tu chico?

- Si, lo es. – Dice con algo de amargura. Pero parece que los dos invitados no lo han notado. Se dirige a mí mirándome serio. – Oye, trae tres cervezas. - Vuelve a dirigirse a ellos con una sonrisa, notoriamente fingida ante mis ojos. Trago duro y me dirijo a la cocina. Abro la nevera cogiendo tres cervezas y cerrándola. Vuelvo al comedor dejando las cervezas sobre la mesita de madera que hay junto al sofá.

- Oh, yo no bebo alcohol. No me gusta. – Dice el chico que está en frente mío con amabilidad. – Y no se preocupe, no quiero nada de beber. Pero gracias igualmente. – Hace una sincera sonrisa. – Me llevo la cerveza de vuelta a la cocina y la vuelvo a meter en la nevera.

Pasa una hora y los dos hombres no han parado de hablar de cosas que ni he prestado atención. El chico enfrente mío no para de mirarme como si estuviera buscando alguna respuesta en mí. Me incómoda su mirada. Pero no puedo irme a ninguna parte hasta que se hayan marchado o hasta que mi padre me lo diga.

- Oh vaya, que tarde es. Deberíamos irnos ya. – Se levantan. – Ha sido un placer poder hablar contigo. Nos vemos la semana que viene para prepararlo todo. – Me levanto y hago una pequeña reverencia hacia ellos.

- Acompáñalos a la puerta. – Me da un pequeño empujón para que camine.
Los acompaño y les abro la puerta. Me despido de ellos y cierro. Me voy directo hacia mi cuarto, pero siento como me agarran del brazo dándome la vuelta bruscamente.
-¿Sabes? Sé que eres mi hijo, pero la verdad nunca te quise como uno. Supongo que ya lo habrás notado. – Hace una pausa – Personalmente me gustan más las tías pero podría hacer otra escepción – Oh no… otra vez no por favor… - Así que te propongo que vayamos a divertirnos un rato. ¿Te parece? – Intento negar pero de un empujón me tira al sofá dejándome boca abajo. Baja mis pantalones hasta las rodillas. Y empieza con la tortura.

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Holiiiis! Es corto, lo sé. Pero es así como quiero hacer los capítulos.

Espero que os guste el primer capítulo.
Votad y comentad!😄

*SeñoritaPark*

SAVE ME (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora