Otabek se aclaró la garganta de manera silenciosa y respondió al cuestionamiento de Jean con una frase corta y concisa.
-Ha sido un regalo de mi madre-. Fue todo lo que pronunció, pues no estaba muy seguro de qué era aquella sensación que recorría su cuerpo cuando escuchaba la melodía que emanaba de la reliquia de su progenitora, era fácilmente comparable a un escalofrío descendiendo por su espina dorsal.
- Ya veo-. Si bien no había platicado mucho con Otabek, sabía que era un hombre de pocas palabras... no ajeno a ello se encontraba un poco decepcionado por la vaga respuesta del contrario.
- Pues.. -. Otabek pudo notar el cambio de tono en la voz de Jean, que iba de uno curioso a uno más desilusionado. Jean era por mucho, tan fácil de leer como un libro abierto, dato que no pasó desapercibido por Otabek, quien a diferencia de Jean era más reservado y analítico-. La melodía que produce la caja musical me trae muchos recuerdos, sobretodo de cuándo era niño-. Se abrazó a si mismo de manera algo discreta.
Jean no supo que responder a esto, no por el hecho de que su mente se hubiese quedado en blanco, al contrario esta fue bombardeada con preguntas tales como "¿Qué clase de infancia habrá tenido Otabek?", "¿Qué clase de personas son sus padres? ¿Serán estrictos, amorosos, o desinteresados quizá?" No lo sabía y dudaba mucho poder descubrirlo sin la ayuda del otro chico, pero no había manera de preguntárselo directamente, era un tema muy personal, ¿Y si lo incomodaba, o si llegaba a parecer muy entrometido?
- Espera un segundo... ¿Son esas inseguridades?-. le habló la voz de su conciencia - Eres Jean Jacques Leroy ¡El rey! No debes parecer una niña en plena pubertad-.
Después de esa reprimenda finalmente tomó algo de valor para preguntarle al chico junto a él acerca de su familia.- Tu madre...-. un balbuceo incomprensible salió de su boca ¿Por qué todo le salía mal frente a él? estaba acostumbrado a decir lo que su mente pensaba sin obstáculo alguno, pero con Otabek era todo muy diferente, nunca tenía ni media pista de lo que el otro pensaba.
-¿Disculpa?-. Otabek se sintió confundido.
Jean se maldijo en sus adentros por aquel balbuceo que había salido de su boca, no recordaba que eso le pasara desde el día que conoció a la mujer que pensó sería el amor de su vida, Isabella Yang. A ella le pareció algo lindo por lo que no le dio mucha importancia pero delante de otro hombre eso le hacía sentir estúpido.
-Lo lamento, quise decir, tu madre ¿cómo es ella?-. Preguntó.
A el más bajo no le sorprendió para nada la pregunta de Jean, es más, la estaba esperando. Sin pensarlo demasiado respondió.
- Ella es... la mujer más fuerte que conozco-. Sonrió de manera agridulce y bajó la mirada, no quería ponerse sentimental, pero sentía que había dejado sola a la mujer que más amaba en los peores momentos-. Aún bajo mucha presión tenía una sonrisa y un dulce beso para sus hijos.
Jean notó un cambio en el semblante del otro, quizá no debió tener tal atrevimiento al preguntar en primer lugar. Sin embargo no había manera de retrasar el tiempo así que decidió seguir aún si eso le costaba la buena relación que había estado llevando con Otabek durante el poco tiempo que había estado viviendo en su casa.
- Suena como la mamá que hubiese deseado tener-. dijo muy sinceramente.
-¿Cómo es ella?-. preguntó Otabek con el propósito de hacer conversación.
- No lo sé-. La respuesta de Jean desconcertó a el más bajo quien lo miró como si hubiera dicho una broma muy mala- Nunca se ha interesado en pasar tiempo conmigo o con alguno de mis hermanos, aveces siento que si algún día llegara a desaparecer no lo notaría hasta uno o dos meses después.
-¿Y qué hay de tu padre?-.
- Él siempre ha estado muy ocupado para las tonterías de unos niños.
A este punto se detuvo a pensar con más detenimiento "¿Cómo habrá sido la infancia de Jean sin sus padres?" Al existir una gran diferencia de edad entre él y sus hermanos, suponía que Jean había crecido en un ambiente muy solitario, aún con algunas necesidades él había tenido la oportunidad de crecer con sus padres y muchos hermanos.
-Ya veo...-. había algo que no cuadraba - Pero, ellos se veían muy amables, incluso pintaron mi nombre en la puerta de mi habitación.
Jean abrió los ojos como si estuviera asombrado mas volvió rápidamente a la expresión de seriedad que tenía plasmada en el rostro cada vez que se mencionaba a sus padres en una conversación. Él había sido quien pintó el nombre de Otabek en su puerta y acomodó la habitación para su mayor comodidad, si bien había olvidado que día llegaría el Au pair a su casa no dejaría pasar por alto que este recibiera una buena bienvenida por parte de la familia, así que lo hizo en el momento en que se enteró.
-Olvida eso, son sólo apariencias-. respondió Jean.
-¿Y las fotos familiares en las que sonríen?-.-Solo apariencias.
-¿Por qué a tus padres les interesa tanto las apariencias de todos modos?
-Son empresarios, deben mantener una buena imagen suya y de sus hijos para evitar que los escándalos y el amarillismo perjudiquen la empresa junto con sus ventas.
Sin darse cuenta los papeles se invirtieron y ahora era Otabek quien sentía mucha curiosidad hacía Jean, sonaba como una persona interesante con un pasado oscuro y solitario, como los personajes de los libros que amaba leer, era como si hubiese salido de un cuento.
-¿Y eso no te molesta?-.
-Estoy acostumbrado a tener que mantener una apariencia, como patinador artístico hay días en los que quisiera regresar a casa y llorar pero tengo que sonreír a las fans.
-¿¡Eres patinador artístico!?-. Preguntó el kazajo con curiosidad.
-Lo soy, patino desde que era un niño, ¿Qué nadie te lo mencionó?-.
- No lo sé, aún no comprendo del todo el idioma.
-Como sea, y hablando sobre ti...-. Otabek ya sabía la sarta de preguntas que recibiría- ¿Cómo es tu familia? ¿Tienes hermanos, si es así cuántos? ¿Qué haces en tu tiempo libre?...--Espera, espera, una a la vez-. río el más bajo. - Mi familia es númerosa, fuí el mayor de cuatro hermanos y una hermana-. Jean estaba algo sorprendido por lo grande que era la familia del otro chico-
-Eso suena a muchos hermanos con los cuales compartir momentos-.
-¡Lo sé!-. exclamó- En mi tiempo libre solía jugar hockey con mis amigos al regresar del Instituto.
-¿Hablas en serio?, ¿También miras los campeonatos?
-¡Claro! ¿tú también?
-¡Por supuesto! Mi mejor amigo Emil juega representando a su país.
-¿Emil Nekola?
-El mismo.
-Vaya quisiera conocerlo.
-Yo podría ayudarte con eso, el próximo campeonato es el algunos meses y puedo obtener entradas.
-¿En verdad harías eso por mi?-.
-Yo...-. No se detuvo a pensarlo muy detenidamente, ¿En verdad invitaría a un chico del cual no sabía casi nada a un campeonato internacional que daría lugar en otro país?- Al carajo vamos a ir.
-¿Y tus hermanos? Debo cuidar de ellos-.
-Pueden venir con nosotros-.
-Pero y ¿el dinero del viaje?-.
-Mis padres tienen dinero suficiente para comprar una aerolínea, no te preocupes por eso
-Vaya..
Sin darse cuenta, había nacido un lazo de confianza de esa conversación.Nota de la autora:
Gracias por leer y lamento la tardanza, debía recuperar las materias se reprobe :'v las amo bbs espero darles nuevo capítulo en navidad, bye ❤❤❤
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YOUTH [JJbek]
Fiksi PenggemarFuertes problemas económicos azotan a la familia de Otabek luego de que su progenitor falleciera en la guerra; sin tener más alternativa decide afiliarse a una agencia que busca trabajos en el extranjero. Justo cuando pensaba que sus oportunidades...