Capitulo 26

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Pablo: Qué significa esto? – Sin esperar una respuesta por parte de Marizza, fue hasta donde estaba Jesús y le empezó a pegar… Marizza logró separarlos – ESO ES PARA QUE NO VUELVAS A TOCAR A MI MUJER – Dijo haciendo bastante énfasis en MI y luego se fue, ignorando a Marizza, ella se acercó a Jesús, lo levantó del suelo, le sonrió y luego le dio una patada en… -
Marizza: IMBECIL!! Haber si con esto te siguen quedando ganas de besarme – Se fue casi corriendo detrás de Pablo, recién lo alcanzó cuando llegaron a casa –. Me pensás ignorar?
Pablo: Y para qué querés que te hable? Por qué no te vas con él mejor? Como te gusta tanto besarlo…
Marizza: YO NO LO BESÉ, ÉL ME BESÓ A MÍ, ME TOMÓ DE SORPRESA!! – Él solo la miró – Bien, veo que no me creés, entonces me voy, me devuelvo a casa de mi vieja… me llevo a mis hijos – Estaba a punto de subir las escaleras, cuando Pablo la tomó del brazo y le dio un beso y casi la deja sin aliento –
Pablo: - Luego de unos minutos besándose se soltaron para tomar un poco de aire pero seguían bastante cerca – Te creo, es que… no sé que me pasó, me volví loco al ver que ese idiota te estaba besando –, además… no sé qué hacías con él
Marizza: Pensaba ir a buscar a Cindy y a Benja a lo de Pili… - Se quedaban siempre con ella o Sonia, cada vez que Pablo o Marizza tenían que trabajar – y se me vino una avalancha de fans encima, entonces él apareció y me llevó hasta esa calle, según él me quiso ayudar, pero me di cuenta que sus intenciones eran otras… -
Pablo: Por qué no te fuiste en auto?
Marizza: Bueno… y qué importa eso – Beso –. Lo importante es que se aclaró todo, no?
Pablo: Sí – Beso. Subieron al cuarto en donde terminaron haciendo el amor. Más tardes ya estaban vestidos… -
Marizza: Bueno vamos a buscar a nuestros hijos? – Beso –
Pablo: No – Ella se extrañó –
Marizza: Cómo que no?
Pablo: Hace un rato, mientras dormía, llamé a Pilar y le pregunté si se podía quedar con ellos un rato más… -
Marizza: Y por qué hiciste eso? Acaso no los querés?
Pablo: No digas tonterías, los adoro. Es solo que… que te tengo una sorpresa
Marizza: Ah, sí? – Beso – Y qué sería?
Pablo: Te dije sorpresa – Se acercó a su oído y le dijo… -. Andá a cambiarte, ponete hermosa… más de lo que estás, que te voy a llevar a un lugar – Marizza se extrañó, aunque de alguna forma ya intuía de lo que se trataba. Subió se puso divina, un vestido plateado, sin tirantes, sencillo, también tenía un escote, luego bajó, dejando a Pablo con la boca abierta… apropósito, él también estaba hecho un bombón –
Marizza: Qué pasa? Por qué me mirás así?
Pablo: Estás hermosa…
Marizza: Podés cerrar la boca y dejar de mirarme de esa manera Pablito? – Beso, y luego se fueron, aunque ella estuvo todo el camino preguntando a dónde la llevaba, él se negó a decírselo, un rato más tarde ya habían llegado –
Marizza: Dónde estamos? – Dijo bajándose del auto, al seguir caminando se dio cuenta de que estaban en su playa… Marizza sonrió – Por qué me trajiste acá?
Pablo: Bueno, este es un lugar muy especial para nosotros. Acá nos reconciliamos, acá nos reencontramos…
Marizza: Y esta noche qué tiene de especial? – Cada vez sospechaba más lo que era, pero quería oírlo pronto de sus labios –
Pablo: Mucho – Iban caminando de la mano cada vez más en dirección a la playa –, y luego se sentaron junto a ella, no había cena, no había nada, pero las olas del amor y el hecho de estar juntos era perfecto para armonizar su momento –. Vos sabés que te amo, no?
Marizza: Sí, pero no estaría mal escucharlo de nuevo, no?
Pablo: Te amo
Marizza: Igual yo – Beso –
Pablo: Marizza… no quiero dar vuelta porque quiero que me respondas ya, aunque estoy un poco nervioso…
Marizza: Dale hablá
Pablo: Mi amor… te querés casar conmigo? – Marizza sonrió de oreja a oreja y dijo –
Marizza: Sí mi amor, obvio que quiero… - Él metió la mano dentro de su bolsillo y se dio cuenta de que no tenía los anillos –. Qué pasa?
Pablo: Los anillos…
Marizza: No los compraste?
Pablo: Por supuesto que los compré… - Empezó a recordar donde los pudo haber dejado, hasta que se acordó – YA ESTÁ!! Cuando te vi… bueno ya sabés, no quiero ni repetirlo, ahí yo venía de comprarlos, pero se me cayeron… y luego por el enojo me olvidé de recogerlos… ahora que si se los robaron… - Marizza empezó a reírse, él la tomó de la mano y se la llevó hasta ese lugar, ambos estaban muertos de la risa… cuando llegaron les costó bastante encontrarlos pues estaba muy oscuro, pero lo hicieron –. Ahora sí… - se los colocó – ya sé que estamos en un callejón vacío… pero en donde estemos no importa, lo importante es el amor que sentimos, soy un idiota, por haber arruinado la noche…
Marizza: Y por qué no volvemos? - Él sonrió pícaramente y luego se subieron al auto y regresaron hasta la playa. Marizza se quitó el vestido y Pablo la ropa, quedando ambos en ropa interior y se metieron al mar, jugando como nenes chiquitos, luego como era de esperar hicieron el amor, y más tarde ya vestidos regresaron a su casa, se cambiaron y fueron a buscar a sus hijos –
Pilar: Hola… cómo les va? – Dijo con una sonrisa, por sus caras –
Marizza: Bien, nos vamos a casar – Les mostró el anillo –
Tomás: - Riéndose – Hasta que la hiciste Pablo, eh? – Luego se abrazaron –
Pilar: Los felicito, se merecen toda la felicidad… los niños se quedaron dormidos… creo que sería bueno que por esta noche los dejaran acá, ya es muy tarde para sacarlos, no? En especial a Benja que es chiquito…
Marizza: No sé… no me gusta separarme de mis bebés…
Pablo: Dale Marizza, tienen razón, no les va a pasar nada, o acaso querés sacarlos a esta hora para afuera y después que se enfermen?
Marizza: No… bueno está bien
Pilar: No pero… ustedes también se pueden quedar por esta noche, tenemos habitaciones de sobra – Pablo y Marizza se miraron y aceptaron, luego fueron a darle un beso de buenas noches a sus hijos y se fueron a dormir, felices, como nunca antes –

Pasaron otros meses más, todos estaban felices, Cindy por sus padres, Benja ya estaba por cumplir el año, los chicos también estaban felices, y en especial Pablo y Marizza, ya que ese día se casaban –
Manuel: Relajate Pablo, Marizza ya va a llegar…
Pablo: No sé… una vez me dejó porque tanta felicidad le daba miedo… y si ahora pasa lo mismo?
Manuel: Cómo va a pasar eso? Ella te ama, no te va a fallar
Pablo: Se demora mucho
Guido: Que novedad, las minas son así… por eso no hay que casarse – Laura que estaba cerca de él, lo escuchó –
Laura: Qué decís Guido?
Guido: - Sonrió – Era una broma – Le dio un beso –
Manuel: Es cierto, las mujeres siempre se demoran, o acaso no te acordás todo lo que se tardó Mia? Yo casi pienso que me deja plantado… - Mia y Manuel se casaron cuando Marizza no estaba, habían querido esperar hasta que ella regresara, pero como no habían noticias sobre su desaparición, decidieron casarse antes –
Pablo: Sí pero… - se quedó callado en cuanto la vio entrar, venía del brazo de Martín, estaba bellísima, radiante, como nunca antes –
Martín: Te entrego a mi hija, para que la cuides, hacela feliz, confío en voz…
Marizza: Papá, no soy una nena
Martín: Para mí lo sos – Le dio un beso en la frente –
Pablo: No te preocupes Martín, no te voy a defraudar – Luego de unos minutos por fin llegó el momento tan esperado, el cura los casó, y se besaron, en ese momento se olvidaron de todos y se besaban como locos, hasta que tuvieron que separarlos… más tarde vino la fiesta, bailaron el vals de los novios… o los esposos ahora, y luego erreway volvió a cantar –
Cindy: - Sonriendo – Por fin, deseaban tanto ver a mi papás juntos
Luján: Sí… va a sonar raro que lo diga yo pero… hacen una hermosa pareja
Cindy: Por qué decis que raro? – Luján sonrió –
Luján: Nada, no me hagas caso

Y ASÍ FUERON FELICES, NI JESÚS NI NADIE LOS VOLVIÓ A MOLESTAR NI A ENTROMETERSE EN SUS VIDAS, LOS MESES PASARON… LOS AÑOS, MARIZZA Y PABLO TUVIERON MUCHOS MÁS HIJOS, TENÍAN UNA FAMILIA HERMOSA… COMO LA QUE SIEMPRE SOÑARON JUNTOS, TUVIERON NIETOS, BIESNIETOS… MURIERON CASI A LOS 100 AÑOS, PERO JUNTOS… FELICES.

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