Capítulo 3

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Estaba cansada de que siempre me molestaran, pero en parte era mi culpa, ya que yo permito sus burlas, yo permito que me hagan bullying.

Fui a los lavamanos para lavarme la cara me lave, me mire un buen rato al espejo, viendo mis ojos hinchados por el llanto, solo suspire. Por instinto toque mi bolsillo y sentí que tenia una pequeña navaja. Mi instinto decía que lo hiciera, pero mi conciencia solo se negaba a tal acto, pero la impotencia era mas fuerte. Así que le puse seguro a la puerta, para que nadie viera este espectáculo.

Levante la manga de mi polerón, puse la navaja en mi muñeca y la pase rápido. Vi como la sangre corría, pero no sentía ningún tipo de dolor. Las siguientes cortadas fueron más lentas para sentir como la navaja atravesaba mi piel con su filo, me encanta esa sensación, me encanta ver como la sangre corre por mi brazo, me encanta sentir como cada cortada me saca un peso de encima.

Al terminar mi cometido, saque papel higiénico y empece a limpiar mi brazo y mi muñeca. Al primer contacto que hizo el papel con mi muñeca, sentí como el dolor recorría mi brazo, pero lo aguante. A duras penas termine de limpiar todo, me puse una pañoleta en la muñeca para que parara un poco el sangrado.

Salí del baño y justo tocan la campana para entrar a clases, menos mal que es el ultimo bloque, ya estaba cansada, solo quería llegar a casa a dormir mil años.

Entre a mi sala correspondiente y siento la mirada de Justin desde su puesto, no le tome tanta importancia, y solo me senté sin decir nada.

- Oye, ¿Dónde estabas? - Dijo Justin mirándome, pero yo no lo hacía - Te estuve buscando todo el recreo, pero no te encontré en ninguna parte.

Yo no hablaba, solo me dedique a escribir lo que el profesor decía.

-______ te estoy hablando, por favor no me ignores - Dijo agarrando mi muñeca.

Gemí del dolor. Que maldito imbécil.

Justin me miro un tanto confundido, pero de la nada cambio a una de preocupación. Levantó mi manga y vio mi pañoleta amarrada en mi muñeca. Aunque no viera los cortes era algo evidente que los tenia, tampoco era tan tonto como para no notarlo.

- ¿Te cortas? - Pregunto. Bueno, si era un tanto estúpido como para preguntar lo obvio, pero no lo culpo, esta muy preocupado como para decir algo más inteligente.

Yo no respondí, solo baje mi cabeza y mire mi cuaderno.

- ¿Por qué lo haces? - Me dijo en un susurro.

Otra vez no respondí. Solo baje la manga del polerón para tapar mi muñeca.

Él ya no hizo más preguntas, pero aun notaba su preocupación por mi, lo cual me daba cierta extrañeza.

Faltaban solo 30 minutos para irnos a casa, lo que en estos momentos anhelaba con todas mis fuerzas. Lo bueno fue que esos 30 minutos pasaron volando, así que empece a arreglar mis cosas para irme. Trate de caminar lo mas rápido que pude, pero un agarre me detuvo.

Me voltee y ahí estaba él.

- _______, me debes una explicación de todo esto. Y la quiero ahora.

- Eso no es de tu incumbencia. Mejor vete ¿ok? - Dije voltenadome para irme, pero otra vez agarro mi brazo.

- Pero por favor, necesito entender.

- Tú no tienes que entender nada. Apenas nos conocimos hoy y ya crees tener derecho a saber de mi vida - Dije ahora un tanto molesta.

Me voltee nuevamente y menos mal no me detuvo esta vez. Camine y solo pensaba en lo estúpido que era que se preocupara tanto siendo que apenas me conoció hoy.

Al llegar a casa fui directo a mi cuarto, me tire a la cama para luego dormir. Al despertar me di cuenta que ya era de noche. Así que salí de mi habitación y fui a la cocina a ver que había para comer, solo saque una manzana y la comí. Al terminarla volví a ir a mi cuarto y mi acosté otra vez.

A la mañana siguiente, desperté y me dolía menos las heridas. Todo transcurrió como siempre. Fui a la cocina a hacer el desayuno.

-Hola hija- Dijo papá, dandome un beso en la mejilla.

-Hola- Dije seria y sin ánimos.

-Oye, estaba pensando que hoy podríamos salir - Dijo con una sonrisa.

Yo quede algo confundida.

-Ok - Dije no muy convencida.

Al terminar el desayuno, fui a mi cuarto para tomar mi mochila y me fui.

La escuela estuvo como siempre, Vanessa me molestaba, yo estaba sola, pero lo nuevo era que el chico nuevo, Justin, seguía dudoso de porque me cortaba. Solo pensaba de que su preocupación era exagerada ya que no nos conocíamos.

Cuando ya estaba saliendo de la escuela, veo que alguien me llama desde un auto, era papá. Que raro, él jamás me ha venido a buscar en la vida a alguna de las escuelas que he ido.

Confundida me subí, lo salude y le pregunte: - ¿A dónde vamos?.

Él respondió: - A un parque de diversiones.

No sabía que decir, pero esto era mejor a que llegara borracho del trabajo y me golpeara.

Tengo que admitirlo, lo pase genial, por primera vez en mucho tiempo nos divertimos juntos, y se sintió de maravilla.

Cuando ya quedaban 10 minutos para que cerraran el parque nos fuimos. Al entrar al auto aun estaba con la duda de que por que estaba tan afectivo conmigo, así que sin mas, le pregunte.

- Papá, ¿Por qué? - Dije sin saber que más decir, esperando que entendiera la referencia.

- ¿Por qué que hija?.

- ¿Por qué esto? ¿Por qué hoy estas tan afectivo conmigo?.

-Bueno, he pensado en mis actos y mi trato hacia ti. Y esto es un modo de pedirte perdón - Dijo apartando un segundo la mirada de la pista para mirarme. - Se que he sido muy duro contigo y por eso, te prometo que desde hoy seré un hombre diferente.

Wow, eso fue wow. No tenia palabras para responder a esto.

Nos quedamos en silencio varios minutos, hasta que respondí.

- Bueno, te perdono.

Ojala esto cambie para mejor mi vida.

La Vida En Mis Venas (Justin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora