Remembranza 4: El inicio del fin

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Había pasado un día de mi explosión emocional, y ese, era el día en que cumplía ocho años, mis padres me llevarían a comer pizzas en el Arcade cercano a casa, pero qué más daba, tal vez ya no existía, tal vez ya nadie existía, solo estaba sentado viendo para una esquina, con toda la esperanza perdida, perdiendo el sentido de todo a tan corta vida. En este día, aquí sentado, el destino, es un pensamiento constante, "era de esta manera como tenía que vivir", pienso en lapsos de esta forma todavía, aunque concluí en años pasados, que eso no estaba en mis manos, siempre estuvo controlado por externos a mi, externos a mi hermana, y a otras personas, otros niños que sufrieron igual o peor que yo por la ambición de la humanidad, la raza más nociva que pisó el planeta Tierra.

­­—Escuchen bien— fueron las palabras que mi padre pronunció antes de que nos dijera la verdad a mi y a Pyper, era notable que no sabía cómo empezar —Lo que ocurrió allá afuera, fue algo que se temía hace bastante que pasara, nadie lo creía, incluso mamá y yo no lo creíamos, sin embargo, el miedo nos llevó a construir este sitio que nos resguarda con vida— Hizo una pausa larga, arrugó la frente con la mirada hacia el suelo y luego se volvió a nosotros —Hace varios años, en Rusia, dio comienzo todo; nuestro gobierno fraternizaba con el gobierno ruso, tras la máscara de años de enemistad, lo escondieron muy bien, nadie sospechaba nada, hicieron experimentos durante años, armas biológicas, toda clase de armas, querían el control del mundo con tanta amenaza de guerra...— De nuevo calló, y suspiró con pesadez antes de continuar —Pero uno de todos esos experimentos se salió de su control, una maldita arma que serviría para aniquilar un país, resultó ser la condena del mundo entero, ni ellos mismos supieron medir las consecuencias futuras, y sí, la guerra era real e inminente, pero secreta, para no perder el control de las masas, y si tienes dudas de cuando comenzó, fue el año pasado, después del eclipse solar—.

De inmediato me remonté al año anterior, incluso vimos el fenómeno en la escuela, fue el primer eclipse solar que vi, y estaba bastante emocionado. Después de eso, las campanas de salida sonaron temprano, perturbando el plan para declararle mi amor a Alissa Dourke, mi compañera de clase; mis padres, llegaron por mi y me llevaron a casa pronto, guardaron silencio durante el camino, así que no les presté demasiada atención, aunque era un día común, las calles parecían algo agitadas, parecía que todos tenían algo que hacer... no había ni una cara sonriente; al llegar a casa, en lugar de ir a trabajar de nuevo, mis padres se quedaron en casa, y encendieron la televisión en el canal de las noticias, yo solo subí a mi habitación y Pyper se quedó a la mitad de la sala jugando con bloques.

Mis padres fueron bastante astutos al construir ese bunker bajo la casa, sin que mi hermana o yo nos diéramos cuenta, no tuvimos la menor idea; —Quisieron atacar de la misma manera que en la última guerra, una bomba que arrasaría con todo y con todos, mataría toda forma de vida al tocar tierra, pero la magnitud fue mayor, todos los rincones del planeta son víctimas, causaron una gigantesca explosión, y debes ser fuerte al escuchar esto hijo...— pausó brevemente —Puede que cuando podamos salir de aquí... no encontremos más que... cenizas— Sentí los nervios hasta la cabeza, y un leve mareo me envolvió —No encontraba cómo decirles esto, no estoy seguro de que esta sea la forma correcta, y Pyper aun es pequeña para entender lo que pasa, pero tu no... perdóname por no tomar en cuenta lo que sentías...— Claramente vi cómo todos los recuerdos que tenía hasta entonces, se volvían cenizas, dejándome el alma vacía y la sensación de una profunda tristeza.

Mi papá se dio cuenta de mi expresión, solo recuerdo que me sentía confundido y asustado, y esas emociones absorbieron toda mi energía hasta dejarme totalmente destrozado, después de unos cuantos minutos, finalmente articulé palabras —Papá, ¿Cómo sabes todo esto? ¿Estuvo en las noticias?— Le pregunté, ya que, siempre se quejaba de que todo lo que decían en estas, eran puras mentiras —Esto no lo dirían en las noticias de la televisión... Internet fue el medio que advirtió a las personas, aunque siempre hay dudas de lo que hay en la red, esta vez tuvieron razón con todo ese sensacionalismo— Contestó con seriedad —Además, ese hombre del radio que escuchaste, siempre estuvo hablando de sus teorías conspirativas, él siempre dijo que este caos ocurriría... Haraldsson, ese noruego me parecía un hombre chiflado, fuimos amigos y compañeros de cuarto en la universidad, y al egresar le perdí la pista, hasta que lo escuché en esa estación de radio hace un año, ahora es el único medio que tengo para saber lo que está ocurriendo—.

Fueron momentos de largos suspiros al escuchar la verdad, todo lo que acontecía en el mundo a las espaldas de todos, enterarme de todo eso solo me hizo pensar en la vida que tendría a partir de eso, ¿Cuánto duraría vivo?, ¿Cómo nuestros padres nos iban a cuidar de todo eso?, ¿Habría esperanza después de todo?, un país se había levantado de un cataclismo igual, pero ¿Podría hacerlo un mundo codicioso en el que me enteré que vivía aquel día?; entre esas cuatro paredes, sabiendo que afuera no había nada, siendo un sobreviviente, pensando hasta en la muerte, me resigné, igual que mis padres, pensaba que no quedaba otra salida mas que esperar, por algo o por alguien, una señal o una razón para continuar... y hoy, aquí sentado, eso es lo que sigo haciendo.

Cuando ya no estemos aquí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora