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Siempre he creído que es más fácil hacer lago cuando tienes alguna noción de ello a cuando no sabes absolutamente nada.
Si bien el primer año de preparatoria sonaba bastante aterrador, hoy, un año después puedo decirte que fue todo lo contrario.
Hubo momentos en los que estaba tan estresada por todo que pensé seriamente en rendirme, sin embargo, ellas siempre estuvieron ahí.
Fueron una de mis grandes ayudas para superarme a mí misma. A mis inseguridades.
Ellas estaban ahí, apoyándome en cada una de mis decisiones- cosa que a veces resultaba ser muy estúpido por parte de ellas - siempre tuve su apoyo.
Puedo recordar nuestro primer día, éramos cinco chicas muy diferentes, todas con metas y gustos distintos. Pero ahí estábamos, riéndonos y platicando en el fondo del salón de la primera clase, fue algo tan espontaneo que cuando nos dios cuenta ya nos encontrábamos apoyándonos entre nosotras, compartiendo descansos y haciendo grandes alborotos en clases.
Y si, ya sé que es lo que están pensando ¿somos malas estudiantes? No, para nada. Todo lo contrario, la mayoría de nosotras podemos presumir un alto promedio.
¿Nuestro apodo? No tenemos idea de donde salió, lo único que recuerdo es estar riendo en una clase cuando el profesor dijo algo tipo «las guacamayas del fondo, retírense de mi clase» de ahí el que toda la escuela nos conociera así, tanto alumnos como maestros, estos últimos son quienes más han hecho uso de él. No me enorgullece, pero el hecho de que aprendan a identificarte entre cientos de alumnos es algo bueno.
Nosotras somos el claro ejemplo de que se puede ser escandaloso e inteligente al mismo tiempo. Estoy en contra de esos estúpidos estereotipos que dicen que si eres inteligente debes ser desarreglada, o que si eres popular debes de vestir como si estuvieras en una pasarela. ¿Quién dijo que eso era lo correcto?
El claro ejemplo esta presentado en la foto que justo ahora está en la pantalla de mi celular. Po lo visto Adelaide despertó de buenas y decidió publicar una foto con su "ropa de los lunes" la cual consta únicamente de unos pantaloncillos y una sudadera con la descripción «jodete, lunes». Ruedo los ojos sonriendo, ella es la más expresiva de las cinco. Tiene un vocabulario tan sucio que algunas veces nos ha costado una que otra visita a la oficina del director.
Estiro mis piernas por los escalones mientras espero a que Andrew venga a recogerme para ir a clases. Andrew, hemos sido novios desde hace un buen tiempo, fuimos mejores amigos hace unos años, por lo que al volver a vernos fue muy fácil sentir cosas el uno por el otro, al principio fueron simples miradas inocentes, después fue esa actitud caliente que logró llamar mi atención hasta el día de hoy.
La bocina de un auto me trae de vuelta a la realidad. Me levanto y avanzo hacia el chico que salió a abrirme la puerta.
-buenos días-dice depositando un pequeño beso sobre mis labios-lamento la demora, Paula insistió en enseñarme su nuevo monologo justo antes de salir.
