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Tenerla cerca hacia locuras con mi mente, pensaba en su forma tan particular de hacer sus anotaciones, pensaba en los divertidos gestos que hacia cuando no lograba ver la pizarra, pensaba en como mordía suavemente su labio inferior cuando estaba concentrada. Tan concentrada que ni siquiera se daba cuenta de que me tenia como idiota observándola y pensando en ella.
He escuchado a algunos chicos decir que cuando te gusta una chica debes de hacérselo saber. Pero me encuentro tan malditamente nervioso cada vez que intento entablar una conversación con ella.
Nunca he sido una persona muy sociable, pero eso no quiere decir que no hable con nadie. Mi compañero de asiento siempre fue Drake, suelo compartir platicas muy peculiares con ese chico que al parecer tiene una obsesión grave con cierta castaña de baja estatura. Literalmente es de lo único que habla.
Ni siquiera me molesto en tratar de hacer saber lo jodido e insoportable que se pone cuando de lo único que habla es de ella, además de que sé perfectamente que me recordaría cuando yo estaba en el mismo estado que el. No seré hipócrita diciendo que estoy loco por esa chica y que es la única en la que me he fijado, no, he salido con chicas anteriormente y nos hemos divertido, pero por alguna razón era como estar en un circulo vicioso, siempre volvía a ella .
Observo como el hombre de mayor edad que imparte literatura escribe a toda prisa en la pizarra mientras observa su reloj cada dos minutos. Termina y se encamina a la puerta.
-Chicos, tengo una emergencia y debo ausentarme-dice a toda velocidad- en la pizarra esta su proyecto, utilicen la clase para ponerse de acuerdo, en la pizarra pegue una hoja con los integrantes de cada equipo y su tema.
Sin mas, presenciamos como sale a toda velocidad del aula. Me quedo en mi asiento observando como todos se levantan a revisar la dichosa lista. Un grito agudo de una voz conocida llama mi atención.
-¡ES ENCERIO! -Parece ser que el fuerte de Adelaide no precisamente es ser tranquila. sus amigas tratan de calmarla haciéndome preguntar que fue tan espantoso para la chica como para reaccionar así-No, no me pidan que me calme ¿Ya vieron las listas? ese anciano tiene algo contra nosotras.
Sonreí divertido cuando entendí el motivo de su histeria, era obvio que después de todo, el profesor lo ultimo que haría seria juntar a esas cuatro chicas en un equipo. una maldita voz cargada de burla y emoción se acerco a mi para después sentarse en el puesto que había dejado vacío la pelinegra cuando se fue con sus amigas.
-¿Oíste eso? No están en el mismo equipo esta vez.
-¿Y? - cuestione aunque sabia perfectamente que era lo que quería decir.
-¿Y? Malditamente podría tocarnos con una de ellas.
-Ni siquiera sabes si nos tocara juntos.
-Voy a averiguar eso- se levanta y va a grandes pasos a revisar las listas.
