Hablame solo a mi [SuLay - Exo]

El paquete [Capitulo #Extra]

Jaemin estaba sentado en la alfombra jugando con sus carritos que Junmyeon le había regalado, estaba tan concentrado en construir la autopista para estos que ni cuenta se dio que estaba tocando la puerta.

— ¡Abre la puerta! — gritó la madre del niño que estaba en la cocina.

El niño dio un pequeño salto del susto ante el regaño de la mujer, se paro de inmediato de la alfombra sacudiendo sacudiendo por estimulo su pantalón.

La puerta dejó de sonar a pocos segundos, jaemin abrió la puerta no encontrando a nadie, pues se había demorado en abrirla, el pequeño soltó un suspiro arrugando los labios, habían arruinado su juego, estaba apunto de cerrar la puerta hasta que sin querer pateo un caja, era un paquete, el niño con una gran sonrisa lo tomo y cerró la puerta.

— ¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!

Grito el niño exasperado creyendo que en esa caja forrada había un juguete o un dulce, ya que se acercaba halloween, y su madre le había prometido un disfraz de pirata.

Hace dos dias estaba paseando por internet y encontró el disfraz que quería, su madre le dio permiso para comprarlo y le entregó el numero de su tarjeta de crédito, al parecer llego muy rápido.

— ¡Llego mi disfraz! ¡Debe de ser genial!

El niño tomo la caja como si de una reliquia se tratara, la coloco encima de la mesa, para luego ir a buscar una tijera o algo filudo para abrir el paquete.

De su cartuchera encontró lo que buscaba un con una sonrisa curiosa empezó a abrir la caja mediana.

— ¡Jaemin! ¡Espera, la abriremos juntos!

Grito la mujer desde la cocina mientras colocaba el agua a hervir para poder hacer los fideos del almuerzo.

— ¡Pero mamá! Ash ¡Esta bien!

Pero el niño era muy impaciente, así es que con mucha cautela incrustó la punta roma de la tijera abriendo las tapas de la caja, un pequeño salto de la emoción se le escapo.

Abrió las tapas de la caja con sus pequeñas manos topándose con una desagradable sorpresa, ¿Se habrá equivocado de disfraz? ¿El cartero les habrá entregado otro?

El traje no era de un pirata sino de un conejo. Tampoco era para un niño. ¿A caso su mama tendría otro hijo? Ah, ¿De quien era esto?

La cabeza del niño iba a explotar por tantas deducciones que pasaban por su mente, saco el traje de la caja y lo tiro al piso.

Y como cualquier niño de siete años que no tiene lo que quiere, empezó a llorar, pensaba que su mamá le había engañado y no le había comprado el traje que quería.

Se tiro al piso empezando a dar vueltas sobre la alfombra, moviendo los pies exageradamente como si estuviera pataleando.

La mujer que preparaba el almuerzo dejo la cocina asustada pensando que algo malo le había ocurrido a su pequeño, lo primero que se le vino a la mente fue que se había cortado con lo que iba a abrir la caja, por que conocía a su hijo y este no era paciente.

— ¡¿Que paso?! ¡¿Estas bien?!

La mujer cargo al niño del piso colocándolo en el sofa para luego revisar si estaba herido, el niño por otro lado no dejaba de chillar, ahora el pequeño tenía las mejillas roja y los ojos acuosos. Su madre empezaba a desesperarse por que el nono no hacia mas que llorar y ignorar sus preguntas.