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Cuando le dije que estaba seguro, no le estaba dando de su propia medicina, lo decía enserio. Y ahora me doy cuenta que a la gente se le ha de hacer difícil saber cuándo bromeo y cuándo hablo en serio, supongo que es una buena arma.

Una de la madrugada en los pasillos de Hogwarts, con Remus Lupin a tu lado, mientras sus codos se juntan cada vez que se mueven, con una capa vieja encima pero con aire olor a chocolate.

¿A quien no o le gustaría eso?

El aire (además de oler a chocolate) era helado, pero a la vez cálido; viejo, pero a la vez presente. Era algo raro de explicar, no complicado, raro.

Ya había pasado por esos pasillos millones de veces, pero de igual manera, siempre me encontraba con algo que no había visto la vez pasada y me parecía interesante, pero en cambio Remus parecía no importarle algo más que la ventanas, no pasaban ni 5 minutos cuando miraba de reojo por la ventana de los pasillos, en sus ojos estaban reflejadas la preocupación y el miedo, pero a la vez la fascinación y la adrenalina.

De la nada, ahora Remus era como el castillo, lo había visto millones de veces, pero ahora algo en él se me hacía interesante. Algo que no había visto la vez pasada.

Bajamos las escaleras de mármol, y luego nos metimos al sótano y por último entramos a las cocinas de Hogwarts.

Cuando entramos nos quitamos la capa de invisibilidad, y yo que iba muy seguido, fuí saludado a los elfos domésticos, pero Remus, quien llegaba por primera vez, se quedó plantado en la entrada con miedo de dar un paso.

—Vamos, Remie— dijé — toma lo que quieras, es gratis— sonreí pícaramente y comencé a comerme una manzana al fondo de las cocinas.

Un elfo doméstico, llamado Strhet, le llevo un muffin de caramelo a Remus, pero este inicio a decirle que no de la manera más amable al pequeño sufrible.

Me acerque deslizándome por la mesa de Slythererin (ahora vacía) de la cocina, y llegué hasta el borde contrario de donde estaba antes, me acosté con mi estómago y mis codos sobre la madera de la mesa mientras seguía comiendo mi manzana, Remus se cruzó de brazos y me miro alzando una ceja «¿Que haces o que pretendes hacer, Sirius Black?» me dijo con sus ojos.

—¡Strhet!, ¡Amigo, me traes una barra de chocolate!— le grité al elfo, este apresuradamente me llevo lo que le pedí, no le quite los ojos de encima a Remus.

Le quite el envoltorio al chocolate, y desafíe a mi amigo con la mirada. Pase mi lengua por el chocolate, tratando de parecer sensual y seducir a Remus... digo, para que esté comiera algo.

—¿No quieres?— pregunté con tono burlón, mordí el primer trozo y Re bufo— Está buenísimo, Remus— lo mordí otra vez, el castaño se movió incómodo en su lugar— Oh Dioos— dije pasándome un poco con los sonidos.

—¡Ya dame esto!— dijo Remus rindiendose mientras trataba de quitarme la barra, pero me moví antes y le impedí que lo hiciera.

—¡Ven a por ella, niño chocolate!— le grité, mientras corría por toda la cocina perseguido por él. Y por fin estando rodeado por Remus y un horno detrás mío le embarre el chocolate en la cara, él cerro los ojos mientras mis manos chocolatadas pasaban por su cara. Era suave y delicada, como la de una chica, pero a la vez tenía cicatrices, muchas cicatrices. Por fin terminé de llenarle la cara de chocolate.

Quería lamerlo.

Pero me limité a lamer mis dedos.

—¿Ya?— pregunto él. Asentí con una sonrisa.

Y justo cuando pensé que había ganado, un pie de limón me callo en la cara de improvisó, mientras yo me encargaba de que mis dedos recordarán cada facción del rostro de Re, Strhet le había dejado el pie en manos de Remus.

—Eres un maldito traidor, Strhet— le grité riendo como estupido. Y después Remus hizo lo mismo, era lo único que podíamos hacer, reír.

— ¿Tú también escuchaste eso señora Norris? Risas ¡Ahg! El horrible sonido de la felicidad, dudo que eso estúpidos elfos se rían de sus miserables vida.

Ese fue el fin de las risas, mientras tomaba la capa de invisibilidad y nos cubría con ella a Re y a mí, Flitch entro en las cocinas.

—Tenemos que salir, antes de que la señora Noris nos descubra— le dije a Remus al oído, este soltó un escalofrío y asintió.

Después de correr por lugares por donde nunca volví a pasar, nos perdimos en el gran castillo de Hogwarts. Y lo peor del caso es que la señora Noris nos había seguido  y a esta el señor Flitch.

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Ya se que está bien caca pero ustedes sigan leyendo, se pone mejor 7u7r
O eso creo yo :v

Nombre del elfo doméstico cortesía de: AllysonEspinoza9 :vvvv ocno, pero sí, ella dió el nombre de Strhet :) gracias nskd

Lobo Solitario • WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora