1. La Elegida Parte I.

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Hace aproximadamente mil años, un poderoso mago, poseedor del espíritu animal de un lobo, creo un reino único; un reino en donde pudieran habitar, toda clase de seres místicos, debido a que en el mundo humano, no podían vivir, ya que sus poderes eran considerados peligrosos para la humanidad.

Este poderoso mago, al cual sólo se le conocía como Baraduke, creo ese reino, al que bautizo con su apodo. El reino de Baraduke, un lugar lleno de paz, en donde los seres místicos vivían tranquilamente y sin preocupaciones por sus poderes.

Pero quinientos años después, Baraduke, el emperador del reino, desapareció sin dejar rastro, causando un gran alboroto en todo el lugar; lo buscaron por aire, mar y tierra, incluso en el mundo humano, pero no hubo rastro de el. Fue entonces cuando Celestia, la segunda al mando y hermana mayor de él, tomó el puesto de emperatriz, y reino de una manera diferente.

Celestia ya teniendo el poder, decreto que para mantener el poder del reino, que cada cien años, se debía elegir a una doncella, para ofrecerla como sacrificio y así, su pureza mantendría el equilibrio del reino, fue así, como los años siguientes fueron pasando, por quinientos años, el sacrificio de la doncella, fue considerado algo imprescindible para el reino, pero eso estaba a punto de cambiar.

Actualmente se podía observar a un grupo de chicas, quienes caminaban tranquilamente por las calles. Una chica rubia, de ojos verde esmeralda, abrazaba cariñosamente a otra chica peli violeta, ojos azules, y aire elegante; otra chica peli rosado esponjoso comía unas rosquillas, y la última de ellas, una peli arcoiris, con cara de aburrimiento.

—¡Que aburrido! ¿Para que nos querrá la emperatriz? — Gruñó, dando un bostezo.

—Posiblemente nos quiere dar alguna misión, hace tiempo que no tenemos una. — Dijo la chica rubia.

—Solo espero que no sea una misión en donde haya que ensuciarse, acabo de hacerme la manicure. — Musitó la chica peli violeta, mirando las uñas de su mano derecha.

—¡Dah! Seguramente la emperatriz Celestia nos mandó a llamar, debido a que ya se cumplieron cien años, y ya es tiempo de que se conozca la identidad de la doncella, y probablemente quiere que nosotras nos encargamos de traerla al reino sana y salva. — Habló la peli rosada, saliendo de un contenedor de basura. Asustando a las demás, por su extraña forma de aparecer.

—Uhm... Mejor sígamos. — Sugirió la peli arcoiris, tratando de no verse muy sorprendida por lo que acaba de ver. —“La nueva recluta del escuadrón es tan extraña, aparece de repente y en lugares ilógicos.” — Pensó, siguiendo su caminar.

Llegaron al palacio, en donde los guardias las guiaron hasta el trono; en donde vieron a la emperatriz, sentada en una mesa redonda, con una sonrisa en su rostro.

—¡Tan puntuales como siempre! Lo menos que puedo esperar de este escuadrón. — Elogió. —Por favor, tomen asiento.

Las cuatro chicas hicieron una leve reverencia, para después tomar asiento; la mayor les entregó una carpeta a cada una.

—Como saben, mi poder no es tan grande como el de mi hermano Baraduke, no puedo sostener el equilibrio del reino; por eso cada cien años, entregamos en sacrificio a una doncella, así la pureza de su alma, se convierte en energía vital, que mantiene el reino. — Explicó, acariciando un anillo que había en su dedo meñique. —Acaba de ser revelado el nombre de la elegida, y quiero que el escuadrón Z, se encargue de esta misión, que es la de traer sana y salva a la doncella y la protejan hasta el día del sacrificio; recuerden que los desterrados intentaran evitar que el reino consiga la energía vital.

Las chicas leían los documentos que estaban en sus manos, revisando cada mínimo detalle sobre la chica, para así determinar que tan complicada sería la misión.

Baraduke. [Flutterdash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora