Furia.

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~ Malo...

Parejas Principales:

● SasuHinaGaa.
¿SasuHina? ¿Gaara?

Género: Drama/ Romance.

Categoría: M.

Universo Alterno.

Autora: Aika Yami

● Aviso: Los personajes no me pertenecen, sino a Masashi Kishimoto.

Las canciones mencionadas en este capítulo, tampoco me pertenecen, sino a sus respectivos autores.

Advertencia: Este fic tendrá alto contenido sexual, temas delicados que no son aptos para gente sensible, mención de drogas, adicciones, lenguaje soez y/u obsceno. También leve OoC en algunos personajes(¿?). Las escenas del tipo 'Erótico' presentadas en éste fic, son gráficas. No deja nada librado a la imaginación.

●.●.●...Malo...●.●.●

Furia.

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La mano pálida de la Hyuuga se elevó hacia la llave de la ducha para girarla lentamente, haciendo que, debido a la humedad, el metal chillase una y otra vez mientras el agua cesaba de salir.

Sus manos fueron después hacia su largo cabello oscuro y comenzó a exprimirlo con suavidad, retirando el exceso de agua. Sus ojos pálidos miraban lo empañado que estaba el espejo de su baño; y todo debido al calor que se albergaba el mismo.

Agarró una de las toallas y comenzó a frotar la tela suavemente contra las extremidades de su cuerpo; iniciando con su brazo izquierdo.
Su mente, estaba perdida en sus pensamientos. Estaba repasando constantemente las cosas que haría el día de mañana con su familia.
Tenía la ilusión de ver a su primo y pasar el tiempo con su hermana mientras charlaban y cocinaban para su papá.

Pasando la tela porosa por la zona de su rostro, una mano masculina la sujetó con firmeza, –pero sin llegar a dañarle-, desde el cuello, haciendo que ella alzase un poco su rostro y mirase hacia el espejo; dejando caer la tela hacia el lavamanos frente a ella debido a la sorpresa que se llevó.
Detrás de la Hyuuga, unos ojos de color intenso le miraba con fijeza desde el espejo: como si quisiesen absorberle el alma. Una pálida mano rodeaba firmemente su cintura y apegó su desnudo trasero hacia la dureza del pantalón de mezclilla que portaba dicha persona.

Los labios de Hinata quisieron abrirse para sacar el habla, más sin embargo, el sonido no lograba hacer presencia en ese baño. No había nada, no podía hablar.
El hombre, llevó su rostro hacia la altura de la oreja ajena y comenzó a susurrarle palabras al oído con su voz grave y ronca—. Me encantas cuando estás desnuda... —Las mejillas de la peliazul se tiñeron de rosa a su vez que la piel se le erizaba.

Una de sus manos fue hacia la contraria para apartarla de su cuello. Esta, cedió pero fue hacia uno de sus jugosos senos. Sin querer, abrió la boca para gemir, pero este salió tan quedo pero lo suficiente audible para él.
La chica apretó sus labios, mordiendo el inferior con sus dientes superiores; enterrando su colmillo con fuerza cuando los hábiles dedos de la mano de él comenzaron a girar y masajear el pezón derecho.

Sus manos fueron a parar hacia el lavamanos para apoyar su peso y evitar caer.
Él, aprovechó a restregar su marcado bulto contra la vulva descubierta de su chica. El ronco gemido resonó en la oreja de la peliazul, causando que gimiera por igual—. Muero por estar dentro de ti, Hinata... —La mujer negó con la cabeza. Pensando que era imposible ya que, al estar en su casa, cualquiera de sus parientes podría atraparlos en algo comprometedor.

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