Rolling girl |·BellowDiamond·|

Capítulo I: ¿Por qué soy diferente?

¿Por qué no puedo ser como ellos?

Quisiera... no sé... ser hermosa... tener un gran futuro... tener una pareja que me ame... sentirme viva...

¿Por qué no?

Caminar todos los días por el mismo pasillo, con las misma personas y con el mismo pesar, siempre ha sido un martirio. Sentir como la gente me empuja sin razón alguna, sentir esos golpes en todo mi cuerpo... No poder sentir lo que ella tiene.

— Ahg, estúpidos... —Murmuró con enojo mi única amiga.

— N-no vale la p-pena, Yellow... —Susurro observando el suelo, sintiendo las manos de mi rubia amiga limpiar en vano las heridas de mi cuerpo, y poco después, limpiar esas malditas lágrimas que bajan todo los días por mis mejillas.

— ¿Qué no vale la pena? —Me preguntó, confundida.

— A-ayudarme... ellos igual volverán... No vale pena...—Sentí como nuevas lágrimas volvían, pero está vez, las limpié yo misma bruscamente, aspirando aire, tratando de circular mi respiración.

— ¡No! —Negó en un grito, asustándome por la repentina exclamación— ¿Cómo dejarás que sigan abusando así de ti?

— Tienen el derecho de hacerlo, porque después de todo, solo soy una imperfección. Yo solo sé girar —Espeto, poniéndome de pie después de estar un buen rato sentada -O mejor dicho, tirada en el suelo-.

— ¿Cuántas veces te he dicho que no digas eso? —Me preguntó, ya desesperada, posando sus manos en sus caderas.

— Todos los días, cada una hora —Respondí con desgano, observando el suelo de nuevo—. Quiero irme a casa... —Murmuré esto último para mí, pero al parecer ella lo oyó.

— Te acompaño —Ofreció, tomando su mochila, y luego tomó la mía -cuál estaba sucia por las patadas y pisadas-.

— No es necesario Yellow, puedo sola —Negué, tomando mi morral.

No quería verme aún más débil.

— No te lo pregunté, iré contigo —Afirmó, tomando de nuevo mi mochila y observándome, tal vez esperando a dé el primer paso.

Iba a replicar, pero no tenía ánimos para discutir, por lo que accedí y comencé a caminar, con Yellow a mi lado.

Íbamos en silencio; no era incómodo, pero tampoco lo contrario; solo un silencio neutral. Siempre en nuestras caminatas ha sido así de calladas, porque la mayoría es cuando me escapo de la escuela, con la misma maldita escusa.

—《Otra falla más... —Pensé, decepcionada de mí misma— Otro giro más》

De repente, comencé a recordar la razón del porque uso mucho el término Girar.

— ¡Miren! ¡Sí es la chica que gira! —Anunció un chico desconocido, señalándome al momento en que entré a mi colegio después de estar más de dos semanas en el hospital.

— ¿Por qué no giras de nuevo? —Se burló otro chico.

— ¡Sí! ¡Así tengo una toma mejor! —Le siguió una adolescente.

Sentí las lágrimas bajar por mis mejillas, mientras escuchaba las risas y miradas de burla por parte de todos.

¿Por qué me dicen así?

Fácil... justamente hace dos semanas me empujaron por las escaleras... caí rodando... mientras todos se reían... y la única que se dignó en ayudarme fue Yellow... quién conocí esa misma tarde... aunque nunca supe el porqué me ayudó.