Capítulo 10

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—¿Por qué tan arreglada? ¿Veras a alguien?—. La voz de Alice me sacó de los pensamientos que rondaban mi mente. Frunzo el seño con confusión al ver la gran y extraña sonrisa que yacía en su rostro.

—Ya que ahora Elizabeth baila con canes, tal vez el perro la esté esperando—. Dijo Rosalie, quien se encontraba cruzada de brazos frente a la puerta. Esperaba a Emmet.

—Por favor, solo fue un baile. Ya basta—. Hablé restándole importancia mientras metía las cosas en mi mochila.

—Tiene razón, ya dejen de molestar—. La expresión de Esme transmitía seriedad. Finalmente había alguien con coherencia en esta casa—. Ya tiene suficiente con las pulgas de Jacob—. Volvió a hablar para después reír junto con Carlisle. Abro la boca con indignación.

—Creí que estabas de mi lado—. Dije poniéndole énfasis dramático.

—Lo estoy cariño, pero es gracioso que te molestes—. Ruego los ojos y salgo del lugar para entrar al auto de Edward.

El cielo estaba nublado y la lluvia no tardaría en aparecer. Cuando raramente el clima mejoraba y la humedad dejaba de reinar los bosques, la presencia del sol se llevaba la palidez del ambiente y extrañamente, ese clima me generaba nostalgia. Sentía que los días soleados formaban parte de mi antigua vida y, por lo tanto, me traían una extraña nostalgia.

—¿Así que el perro eh?

—Edward, ya vámonos—. Rio para después arrancar y comenzar el trayecto. Luego de unos segundos en silencio, volvió a hablar—. Oye, no digo que este mal, aunque me desagrade a un nivel que sobrepasa los límites. Pero deberías estar atenta ante las verdaderas intenciones de la gente.

—¿A qué te refieres?

—¿Estás segura que Jacob se está acercando porque le interesas?

—Deberías ser más claro—. La conversación se había tornado seria de repente.

—Eres la nueva, Elizabeth. ¿Cómo estás tan segura de que no se acerca a ti para saber si eres inofensiva?—. Guardo silencio ante sus palabras. Sabía que podría tener razón, pero rechazaba la mínima posibilidad de que eso pudiera ser real.

—Oh genial, llegó Cullen—. Al llegar, las palabras del amigo de Bella la hicieron acercarse al auto. Ambos bajamos y caminamos hacia ella, yo llegué primero.

—Hola Bella—. La abrazo sonriente—. Feliz cumpleaños—. Saludo ignorando las advertencias del cumpleaños que habíamos recibido de su parte hace unos días.

—Gracias. No me hacen muy feliz los saludos—. Dijo con algo incomodidad.

—Si, ya lo veo, pero no te librarás de mis felicitaciones tan fácilmente. Adiós—. Alargué la o dando a entender que venía mi hermano y comenzando a caminar hacia Alice y los demás al mismo tiempo que la oigo murmurar un "nos vemos".
Al llegar hasta ellos, era Alice quien se encontraba hablando.

—Se ven tan lindos juntos.

—Si, claro—. Habló Rosalie. Ella de alguna forma había logrado aceptar la relación de ambos.

—Oye mira, ahí esta tu perro—. Levanto la vista llevándola en dirección al anterior mencionado. Jacob se encontraba halando con Bella.

—No es mi perro, a él...le gusta Bella, al parecer.

—No te pongas celosa, tu eres su amada—. Las palabras de Rosalie expresaban desagrado. Luego, se fue del lugar con Emmet. Ruedo los ojos ante sus palabras.

—Solo es un...amigo—. Dije molesta. Noto, al levantar la vista, que Alice me miraba con una sonrisa de incredulidad—. No me veas así Alice, no estoy celosa—. Al volver a llevar la vista hacia ellos y al conectar miradas con Jacob, este forma una pequeña sonrisa que fue ignorada de mi parte. Y finalmente, negada ante mis verdaderos sentimientos, vuelvo a hablar—. No lo estoy.

Salgo de el lugar en dirección a mi primera clase y luego de esta y de estar unos minutos de deambular por ahí, notó como mis hermanos, quienes previamente se encontraban hablando, se callan ante la presencia de Bella y Edward. Camino hacia ellos.

—Bella—. Veo a Alice saltar la barra de la escalera a unos metros de mí. Distingo como abrazar a la castaña y tenderle un regalo—. ¡Feliz cumpleaños!

—¡Shh! Dije que no quería obsequios.

—Ya te vi abrirlo y adivina que, te encantó. Lo usaras esta noche en mi casa—. Ella nombrada hizo una mueca—. ¿Si? Por favor, nos divertiremos.

Jasper, quien comienza a controlar los sentimientos de la chica desde una esquina, hace que esta acepte en menos de cinco segundos.

—Okey, de acuerdo—. Río ante las palabras de Bella y su expresión confusa. Había ayudado a Alice a planear todo y esta se había esforzado más de lo debido, era claro que haría lo que fuese con tal de que la castaña no faltara.

—¡Genial! Okey te veré a las siete—. Dijo la duende dando la vuelta y caminando hacia Jasper y yo.

—Jasper—. Llamó al caer en cuenta de lo sucedido—. No es justo que controles el estado de ánimo.

—Yo le digo lo mismo. Hacen tratos malévolos para convencerme de cosas que no quiero—. Susurré para luego reír.

—Oye—. Protestó mi hermana.

—Lo siento Bella. Feliz...olvídalo.

~•~

—Encontré tu nota—. Mi voz sonaba tranquila, pero aquel pedazo de papel que había encontrado al abrir mi casillero había activado mi preocupación hasta un nivel que se encontraba por encima de lo que me hubiese gustado admitir.

—Gracias por venir—. Dijo con una media sonrisa.

—¿Qué sucede?—. Pregunté algo confundida.

—Quería verte y aprovechar para saludar—. Al escuchar estas palabras sentí como lentamente me volvía el alma al cuerpo. El hecho de que Jacob me dejara una nota que dijera: "Necesito verte, es urgente" me había hecho imaginar más de una tragedia entre cientos de posibilidades.

—¿Dices que hiciste que me preocupara solo para saludar?—. El asintió.

—Lo lamento, quería hablar contigo. Me dejó preocupado que no me saludas hoy.

—Jacob, en este momento tendría que estar en clase viendo ya el final de una película—. Mis palabras habían sido serias. No podía permitir que esta situación se repitiera seguido por más que la idea no me desagradaba.

—Déjame adivinar ¿Romeo y Julieta?.

—Eso creo, no puedo estar del todo segura porque no me encuentro ahí—. Dije con tono un poco divertido.

—Bien pero, ya que estamos aquí ¿Qué te parece si hacemos algo?—. Su rostro era como el de un niñito que pedía disculpas por algo que había hecho mal y realmente no era así.

—Creí que los limites eran realmente estrictos.

—Lo son—. Habló sereno. Bajé la mirada.

—Ellos sabrán que estás aquí—. Dije refiriéndome a mis hermanos. Si lo encontraban, si Edward lo encontraba nada bueno iba a suceder.

—Tengo buen motivo para arriesgarme-. Dijo dando un paso hacia mí.

—¿Bella?—. Murmuré acercándome aún más.

—No—. Levanto la vista y lo observo a los ojos. Estábamos tan solo a unos centímetros-. Tú.

Estaba decidida a arriesgarme y entrar en este juego que, con tan solo un mal movimiento, podría convertirse en una tortura. Estaba decidida a intentar algo con Jacob porque el me interesaba, despertaba en mí algo inexplicable.
Pero no se lo dejaría tan fácil...Miro hacia un lado y sonrío de lado.
El chico carraspeó con algo de incomodidad y cuando me volví hacia él podía ver como la sangre había llegado hasta sus mejillas.

—Bien, yo...debería irme. Estoy ayudando a Alice con el cumpleaños de Bella, pero podemos hacer algo otro día.

Una Nueva Cullen [RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora