¡¿Qué mierda?!

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– Me duele... mi cabeza...– Repetía insaciable Ethan mientras se sostenía con ambas manos la cabeza, con una mueca en el rostro demostrando cuan fuerte era el dolor.

– Guarda silencio, eres el único aquí culpable del dolor de cabeza. Fuiste a beber con uno de tus amigos, quizás que hicieron juntos y yo aquí cuidándote... – Dice mientras que con un paño frio entre sus manos acaricia la frente del ya afiebrado hombre. Ethan tomo bruscamente de las caderas a Scott y con la fuerza que tenía lo acerco violentamente a él y con una sonrisa ladina en el rostro le beso cerca de los labios y en un suave susurro dijo:

– Yo solo te tengo a ti... Puedo tener sexo con algunas prostitutas, pero contigo yo hago el amor. Si solo supieras porque me junto con otras mujeres... ¿Quieres saberlo? – Pregunto mientras le observaba fijo, rayando en aquellos grandes y brillantes ojos negros ajenos... A lo que rápidamente Scott respondió con un rápido y movimiento de cabeza anunciando un "si", para que posteriormente con una mano posada encima del pecho de Ethan lo empuje con suavidad y presión recostándolo nuevamente en el sofá. Con un movimiento coqueto se sentó en la entrepierna ajena, causador de un escalofrio que recorrió la espalda ajena y lo removió en su lugar. "Cuéntame..." Finalizó Scott con unas sencillas palabras de tan solo 8 letras que hacia remover toda la lujuria que existía en el cerebro de su amante, aunque su querido y pervertido amante solo se limitó a golpear el trasero ajeno con ambas manos apretando así su redondo y perfecto...

Narra Scott

Solté uno de esos suspiros que provocaba aún más a Ethan, y con mis manos sujetas a su pecho me sostuve de su playera, se veía tan débil en ese momento que me encantaba provocarlo y verlo impotente al ver que no puede hacer nada. Él solo me observo con una sonrisa en su rostro, una que indicaba que sentía como sus fuerzas volvían a sus brazos y rápidamente se levantaría para darme duro contra... Olvídalo tú ya sabes lo que me va a hacer. En verdad quería saber el porqué de esas zorras que querían alejarme de él... Yo en verdad haría todo lo posible para estar junto a él... Todo.

Narra Ethan.

¿Sabes cómo me conocí con él? Es un poco gracioso, pero de todos modos te lo contare, aprovechando que, ahora, Scott se ha ido a cocinar porque Nick no está en casa y eso quiere decir que podremos hacer el amor cuantas veces queramos, pero arena de otro saco. Bueno el día que nos conocimos yo tenía 15 años y Scott tenía 13 años... Éramos bastante jóvenes y ninguno de los dos sabía que iba a pasar luego de ese momento. Éramos cuatro amigos y Scott se acercó a nosotros porque él era uno de los amigos de los míos, y cuando entramos en contacto los dos, a solas, hicimos un reto. Si yo ganaba tenía que besarlo y si el ganaba me golpeaba un bofetada. Finalmente yo gane, el trato era ganar en carreras. Así que finalmente el me beso, fue uno de los más hermosos y deseados, era algo torpe, pero que me dejaba sin aire... Aún recuerdo sus brazos aferrándose a mi cuello y mis manos aferrándose a sus caderas, labios hambrientos por el oxígeno ajeno y movimientos bruscos en busca de roce íntimo y las risas burlescas de nuestros amigos. Aunque nosotros estábamos disfrutando de nuestro propio momento que no había durado más que unos segundos.

Una vez... Hice algo de lo que siempre me voy arrepentir:

8 de mayo, 2018. Rusia, Moscú.

– Vamos, ¿tú me amas, no es así?... Debemos de hacer esto – Repetía mientras escondido detrás de unos estantes de la biblioteca del instituto besaba y toqueteaba el cuerpo de Scott, acariciando su trasero con brusquedad por encima de la tela de su pantalón.

– N-no... el amor no funciona así... Yo cre-creo que deberíamos espera un po-poco ma-... – La voz temblorosa y debilitada de Scott fue interrumpida por un fuerte golpe en su mejilla, la mano de Ethan reboto en la suave y blanquecina piel de Scott. El ya mencionado le miro aterrorizado, asustado y confundido. Había sido golpeado por quien se supone que lo amaba y respetaba. Scott cabizbajo temblaba de rabia mientras se sostenía de sus propios brazos y esperaba la llegada de una disculpa, pero esa simple palabra nunca llego. Se sintió devastado y furioso, así que comenzó a gritar una y otra vez.

Yes daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora