La tristeza del antagonista.

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Narra Ethan

Solté una carcajada. Ambos presentes me observaron confundido y aún más Scott, y yo, ahora, era capaz de observar sus lágrimas amenazantes en querer salir. Luego de unos segundos comencé a reír dando esforzadas bocanadas de aire mientras me tomaba del estómago y agachaba mi cabeza.

– ¡Mierda!, ¡Si, yo soy ese imbécil!... ¡YO SOY EL MALDITO IMBÉCIL QUE TUVO QUE AGUANTAR LOS PUTOS GOLPES DE SU PADRE! ¡QUE TUVO QUE PROTEGER EL ROSTRO DE SU MADRE CON MAQUILLAJE!.... ¡DESDE LOS 12 MALDITOS AÑOS! – Dije en un grito mientras melancólico observaba la cristalina mirada de Scott, ¿Cómo era capaz de mencionar algo tan insípido, como mi vida?... ¿Cómo era capaz de hacer algo tan inverosímil como gritarle a mi novio?, me acerque a rápidos y cortos pasos hacia el cuerpo de mi amante y con suaves toques de mi palma acaricie su rostro, al observar como abría sus labios rosas intentando decir algo, pero yo fui más rápido y me apresure – Nah bebé, no quiero oír tus palabras... No sabes lo que está en mi cabeza. Y creo que deberías de oír tus propias advertencias. Es mejor si corres de mí.

Él me miro aterrado y yo solamente atine a sonreír. Tal vez yo haya sufrido de algún trauma o me hubiera roto la mitad de mi cabeza, pero es increíble cómo me siento identificado con el alma que ronda en los espacios en blanco de mi mente y en veces me grita y me habla, ¿estás de acuerdo con eso o quieres que te relate el día?, afuera sigue lloviendo y los labios de Scott se rozaron con los míos, informando que era una despedida y que tal vez al otro día nos veíamos o incluso en la noche, quien sabe.

En la noche.

– Лишь только бой асвучит другой приказ. Почтальон сойдет с ума pазыскивая нас. Взлетает красная ракета, Бьет пулемет неутомим., И значит нам нужна одна победа! – Cantaba ebrio mientras caminaba por las frías y oscuras calles de Rusia, acompañado por mi compañero que rezagado vomitaba detrás de mí, sosteniéndose la barriga con una mano mientras que con la otra sostenía su lata de cerveza. Yo reía a sus espaldas mientras le miraba, estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas que había conseguido, mi madre había muerto luego de suicidarse unos cuantos días atrás en el asilo psiquiátrico y nadie era capaz de entenderme, aunque intento olvidarme de algo tan egoísta como eso. En cualquier momento se lo tendría que decir a Scott. De pronto sentí el gran impacto de una lata rebotar por encima de mi cabeza y retrocedí hasta caer al suelo. Me tendí en el suelo y observe confundido el cielo, era tan oscuro de noche, sin la luna ni las estrellas que finalmente mis ojos se cerraron, el olor a fresa me despertó y el calor de unas manos sosteniendo mis mejillas me hizo despertar de mi oscuro dormir bajo las manos de Morfeo.

– Ethan... Esta oscuro y hace frio, no quiero que te resfríes, porque luego no podrás besarme... Vamos a casa, yo también tengo frio, estoy triste. – Los ojos cafés un tanto negros como para casi no notarlos se aferran a los míos de color verde y su increíble aliento a pasta de dientes impacta contra mi nariz mientras que una tierna e infantil carcajada resbala de sus labios, sonreí confundido. Me incline del suelo con los ojos cerrados sintiendo la calor emerger desde lo profundo de mi corazón y la desesperante idea de abrazar a mi novio. Observo donde estaría su presencia y no veo nada más que los vagos pasos invisibles de un recuerdo inexistente, él no estaba ahí... Nunca lo estuvo. Mi amigo me miro aún más extrañado, y yo solamente me levante y a duras penas comencé a correr. En el camino solté la lata de cerveza y sentí como las lágrimas resbalaban por mis mejillas... como el aire se me escapaba de mis pulmones, como los quejidos se desprendían de mis labios y finalmente me detenía en el camino con los ojos abiertos observando mi casa desolada mientras que alguien de corta estatura estaba sentado en los escalones de mi casa mirando la brisa pasar por encima de las piedras. Scott. Con pasos extraños e invisibles camine lentamente hasta su presencia, podía observar como sus dedos sostenían un cigarrillo del cual lentamente caía la colilla de este producto rostizado y sus piernas abiertas se acomodaban en su mismo lugar con la cabeza gacha esperando la presencia ajena de alguien cerca de él, tal vez yo... Quién sabe. Antes de acercarme a él, sentí contracciones en mi estómago y garganta, el fluido del vomito comenzó a desprenderse de mi garganta saltando un ácido que quemaba parte de mi boca, caí al suelo intentando respirar mientras soltaba todo este acido que me hacia daño...

– ¡Ethan!... ¡¿Estas bien?!... - Grito mi nombre para luego farfullar el anhelado "¿Estas bien?", me sostuvo de la espalda y luego me ayudo a levantarme, no escuche su voz muy bien porque estaba hipnotizado por su tranquila forma de hablar y solo atinaba a caminar con la mirada puesta en su rostro, tan bello y formado por las más hermosas características que podía imaginar, su cuerpo no es lo que más amo, pero es la cascara que cubre lo que no puedo tocar. Entramos a la casa y él dejo caer el cigarro al suelo apagándolo con tan solo un paso de sus pies mientras que el humo se escapaba por uno de sus zapatos. De un momento a otro ya estaba en el baño siendo desnudado por mi amante, una incómoda, pero divertida escena.

Narra Scott.

Lo veía reposar debajo del agua, quería saber lo que pensaba... ¿Qué pasaba por ese confuso túnel de pensamientos que jamás se han dejado develar?... Es increíble pensar que cada persona tiene un mundo escondido en lo más profundo de su bolsillo de tela. Hoy me quedaría en su casa a descansar junto con él. Observo de lo más lejos como la persona que amo se desmorona estando aun de pie, de cómo se destruye con sus propias acciones, que no quiere reconocer que necesita ayuda, que no expresarse esta mal. Él suele sonreír más de lo normal cuando esta triste, no quiero imaginar en la forma que llora cuando esta descuidado y en uno de los oscuros de los rincones de su habitación, cuando su madre no era capaz de escuchar sus quejidos y su padre no era capaz de entender el dolor que le provocaba aquellos golpes que él le provocaba en su piel y mente. Me dedique a observar su cuidado cuerpo, sus ejercitados brazos y su rostro pálido junto su piel también blanca que alrededor de su barbilla y mentón le comenzaba a crecer la barba. Fue un día corto.

Yes daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora