No otra vez.

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Narra Scott.

Ya era otro día, sin Ethan y no me sentía muy bien en ese momento hasta que mi teléfono vibro en mi mesón de maquillaje, lo observe y me di cuenta que era un número desconocido. Conteste. Solo fueron unos minutos de llamada para solamente avisarme que Ethan primero debía de desempatar contra una chica que recientemente había entrado a la competencia, estaba curioso por quien seria. ¿Una chica muy bonita?, pensaba mientras me preparaba el desayuno de siempre, tarareando una canción de "Ray Charles"... "Hit the road Jack". Mi siguiente canción seria... "Push me down", ósea para competir contra quien sería Ethan, ya que lo confundiría con unos pasos de baile para así seducirlo discretamente y alertarlo, él siempre fue el tipo de persona que nunca pudo controlarse, mucho menos junto a mí. Aunque a Ethan siempre le gustaba la forma de como imitaba a Melanie Martínez al cantar "Hit the road Jack", él lo encontraba seductor y a la vez tan inocente y simple. Quiero también agregar que estuve en concursos de canto y en todos los que he participado he ganado premios de primer lugar, y Ethan solamente tiene una banda de la cual se encarga de imitar canciones de bandas famosas del rock y así ellos cantarlos, que puedo decir, igual me gusta el rock...

La tetera ya había hervido y su usual sonido comenzó a dispararse rellenando todo el vacío de la sala, Nick entro por la puerta principal anunciando su llegada gritando mi nombre, y yo simplemente corrí hacia la tetera para colocarla encima de una tabla de madera. Escuche sus rápidos y fuertes pasos acercar

Se hacia mí, de pronto su pecho aprisiona mi cabeza abrazándome de una manera tan cálida que me hacía sentirme protegido. De alguna manera él se había transformado en un espécimen masculino que se transforma en algo paternal. Me besaba en mi cabello insaciablemente aún más si se trataba de los dolores que habitaban en mi corazón.

– No sabes cuánto lamento no estar a tu lado, a la hora de poder ayudarte con la relación de ese chiquillo. No le hagas caso... Él no te hace bien. Mira cómo te ha dejado, ni siquiera le importas... Nunca te pregunto si estabas bien luego de terminar contigo, ¿Por qué lo sigues queriendo?, ¿no ves que ya no te ama?... –

– Te... ¡Te juro que no lo sé!... Él nunca va a sufrir lo que yo he sufrido por él, porque en realidad él nunca me amo. Yo vi su sonrisa después de terminar conmigo t-te acuerdas la primera vez que termino conmigo... ¡Volví a recaer en las malditas drogas!... Si, el me explico su vida, ¿Pero qué hay de mí?... Nunca me tomo de la mano y me dijo cuanto me amaba, siempre andaba preocupado de su amigo. El siempre prefería salir con el que conmigo... Siempre se andaban abrazando... Yo de verdad que no podía creerlo... Y al terminar conmigo su relación se intensifico. ¡Quiero matarlo!...

– ¡No!, tú no puedes hacer de nuevo eso, no desees cosas que después no podrás lamentar... – Dijo mientras me sostenía de las mejillas y me miraba aterrado y preocupado...

Narra Nick.

Yo ya sabía por lo que había pasado Scott, él había sido víctima de su padre, tal vez él no lo recuerda porque él lo asesino con tan solo 8 años... Bueno en verdad no fue tan bélico, solo le ocasiono un paro cardiaco, pero en vez de llamar a la ambulancia se quedó mirándole, y burlándose. Él siempre culpo a su padre de la muerte de su madre, y ahora sus gustos son los hombres mayores, porque solo busca protección y madurez. Pero, miren el chico que le toco como su primer amor. Un alcohólico deprimido que deja todo a medias. Scott si hubiera sido mujer, hubiera sido la mujer más bella que habría conocido. Siempre vivió siendo hombre cuando en verdad no era más que una linda chica, ahora esas faldas apegadas a sus curvas se le ven hermosas, no hace falta más que su adolescencia y 17 años para seducirme de esta manera, facciones de la más hermosa adolescente junto con su cabello corto rizado y aquellos grandes ojos negros brillantes. De hecho cuando cumplió sus lindos 10 años... Solía vestirse como la auténtica Marilyn Monroe... Tiene un alma tan dulce como la mermelada y tan oscura como el alquitrán.

– ¿Cómo te fue en la presentación de canto? – Pregunto intentando cambiar de tema mientras suelto sus suaves mejillas, mirando lo que estaba cocinando. Tampoco es correcto que su padrastro se enamore de su hijastro, ¿no es así?... Me siento tan inútil, caí tan bajo al enamorarme de alguien tan joven, de mi hijastro... Que vergonzoso.

Estoy tan seguro que él haría cualquier cosa por volver con Ethan, una y otra vez si eso también implica quebrar su mente y cordura, cada partícula de su cuerpo, seria dañada por esa obsesión. Y Ethan... simplemente mataría a cualquiera que se le acercara a Scott, eran Bonnie y Clyde, pero modernos. Simplemente que estos solo buscaban amor eterno.

Narra Scott.

¿Cómo me fue?... Si solo supiera como la mirada de Ethan se aferraba a la mía, como su amor no correspondido abría las puertas de mi corazón y subía por las escaleras en busca de mi cuerpo, llenando las habitaciones, rompiendo los vidrios de las ventanas, agitando las sabanas de las camas y desordenando los muebles. Aún recuerdo su verde y brillante mirada en busca de la mía, como sus labios rectos me sonreían y se burlaban de mí, de una forma imaginaria. Como con su cambio de canción, me tomo afligido del brazo y me obligo a mirar aquellos mares de color verde... esos ojos que me seducían, que me miraban nostálgicos por los recuerdos que se entrecortaban por la confusa memoria. Me pregunto, ¿Cómo estarán aquellos ojos verdes?...

– Bien... Me fue bastante bien...Gracias por preguntar, papá –...

Narra Ethan

– Ethan... No sigas bebiendo... Ya no más, se acabó por hoy, ¿sí? – William (Mi mejor amigo) nunca iba a comprender cuán importante es para mí. ¡A la mierda todo!... Que más podía hacer si él ya se había ido de mi vida, que pasaría si solamente me dedicaba a observar las olas del mar, y mis pies se desprenderían del suelo, si solo el dolor se podría transformar en una escalera y las lágrimas en el cielo donde yo descansaría. ¿Cuántas veces he intentado suicidarme?, ninguna. Si la depresión me tomara de la mano derecha y con la izquierda tomaría la mano de las adicciones, que más me importaría. Creo que nada, ya nada importa.

– ¡A la mierda!, me quiero ir... ¡No me toques! Grite mientras le observaba confundido, algo aturdido por el alcohol, pero aun así logre pagarle al mesero y despedirme de William, este solo me observo como si todo su mundo se estuviera desbordando de las manos, como si todo lo que lo rodeara estuviera de pies de cabeza.

Mientras caminaba con la cabeza gacha y postura torcida, miraba las pequeñas gotas que caían sobre mi cabeza, sobre lo que se avecinaba, sobre las nubes que cubrían el sol. De pronto la voz de Nick resalto por el camino, estaba hablando solo, tal vez sobre lo que debía comprar ya que solo repetía números, trate de ignorarlo, pero era inevitable si yo tenía un hedor a alcohol y mi caminata era indeterminada. Su olor a fresa, ese aroma que no es de él, se acaba de impregnar en su ropa y cuerpo, como una capa de protección contra mí, finalmente se acercó a mí con suaves pasos mientras cubría su nariz con una de sus manos y la otra se extendía tratando de alcanzarme.

– ¿Ethan?... ¡Ethan!, hueles a alcohol, demasiado. ¿Estás bien? – La respuesta fue inconsciente, sin saber lo que decía simplemente comencé a marearme, a sostener mi cien con una de mis manos enredando mis dedos entre mi lacio cabello para luego sentir unas arcadas horribles que hicieron de mi garganta un conductor del vomito que emergía de mi estómago, un fluido de un color amarillento y blanquecino... Mi vomito solo era cerveza. Soy un inútil. Ya no quiero luchar más, ya no quiero ver los relojes romperse, mientras que las manillas no quieren girar. ¡Por favor alguien tiene que darme una muerte sin una respuesta!, ya no quiero ver a mis compañeros de salón, ni a mis mejores amigos... ¡Ni a la persona que amo!.... Este es el día donde quiero escupirle en la cara a todos los que le importe y gritarle como me importa una mierda su existencia, como ya no quiero seguir viviendo aunque toda mi vida dije lo contrario, vivo en un mundo donde soy la única persona que no puede sufrir porque o si no se le desmorona su mundo, y el mundo de los demás. Donde si yo estoy triste a nadie le importa, ni siquiera a aquellos que solía llamar como personas cercanas. Finalmente mi cuerpo se desvaneció por completo, deje de ver, deje de escuchar y deje de sentir... Ya no quería luchar más. Por fin... me rendía.

Narra Nick.

Sentir como su cuerpo caía sobre el mío y finalmente se desmayaba, Una intoxicación por tanto alcohol. Maldita sea el día que lo conocí. Lo recosté en el pasto y hurgue dentro del bolsillo de mi pantalón, marque al número de emergencias y anuncie el accidente, para luego también llamar a Scott y avisarle sobre la noticia. Tal vez él no quería saber nada sobre Ethan, pero el recibiría un lavado de estómago y eso no es nada bonito, y él no tiene a nadie...

Yes daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora