De miradas fijas - asesinas - innecesarias

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Corazón con fecha de Expiración

De miradas fijas – asesinas – innecesarias

Capitulo Uno

Park Yoochun es de esos tipos jóvenes, apuestos e inteligentes.

Con su cabello largo y un poco ondulado, con su voz prácticamente envolvente, su cuerpo delgado y atlético, al menos en recompensa por los años de juventud escolar en que fue el número en salto. Tiene las manos grandes y masculinas; hace cuatro de años que usa gafas y hace tres que dejó de usar lentillas.

Suele levantarse temprano para dar clases en aquel Colegio tan lejos de su hogar, le gusta la rutina de prepararse un poco de café y masticar a medias una tostada untada con mermelada de algún sabor que todavía le quede en la nevera. Es un hombre de costumbres arraigadas, por que le resultan útiles y menos complicadas que estar variando a cada momento.

Es un profesor joven y por lo mismo evita involucrarse más allá de lo necesario con sus alumnas. Le gusta ir al sauna y pasar los fines de semana con un buen libro, una buena película o salir con sus amigos a tomar algo en un bar. Desde hace mucho tiempo que no tiene novia y no le preocupa no tenerla, hace dos años que tuvo la última y ha preferido enfocarse en su trabajo. Ya aprendió a vivir solo y resolver sus conflictos solo.

Es un hombre tranquilo y pasivo... Hasta que él, llegó a su vida.

—Es sorprendente que otro año escolar esté empezando.

Desde la silla junto a la ventana, el profesor de bilogía estira su cuerpo, con un alargado bostezo mientras reniega de tener que volver a soportar a esos mocosos con sus problemas de dos centavos. Yoochun en cambio prefiere guardar silencio y beber un poco de ese café que la secretaria del director suele preparar y que sabe exquisito, fingiendo que lee algo realmente importante en el diario.

—¿Y cómo pasaste las vacaciones Yoochun?

El profesor de educación física palmeó su espalda y por ese instante Yoochun prefirió morder su labio inferior antes de decir algo inadecuado ante lo mucho que aquel gesto le incomodaba. Así que sonrió y respiro profundo.

—Bien, muy tranquilas la verdad. No hice nada importante.

—Que aburrido.— Admitió la profesora de música mientras cruzaba sus piernas y sonreía ampliamente. –Yo salí del país con mi nuevo novio. A una excursión por el Caribe.

Mientras ella estiraba sus brazos y su rostro repleto de ilusión y arrogancia hacían a la profesora de matemáticas fruncir el ceño y murmurar amargada. –Eso es muy costoso, ¿cómo puedes costearlo?

—Oh, es que yo no pagué absolutamente nada.— Habló divertida y eufórica. –Mi amor bello lo pagó TODO.

—Que suerte tienen las que no se bañan.— Comentó el profesor de historia, mientras la mujer lo miraba de mala manera en respuesta y él solo reía cuidadoso de sonar escandaloso.

—Como sea.— Agregó el profesor de computación, con otra taza de café entre las manos. –Yo salí de la ciudad con mi esposa y mis hijos. Fue espléndido, sería bueno que ya fueras buscando una linda novia y pensaras en armar familia.

Y ahí estaban de nuevo, esos comentarios innecesarios en los que su vida privada pasaba a ser debate público entre los profesores que consideraban de que ya era hora de que se casara y los que opinaban que aún era demasiado joven para hacerlo, Yoochun solo cerraba los ojos y suspiraba. Era inútil detenerse esa consulta popular que se armaba sobre su situación sentimental.

—¡Chicos, noticias!— La secretaria apareció de repente con un montón de carpetas entre los brazos y disponiéndolos justo sobre la mesa de centro, deteniendo la conversa de todos y arreglando un poco su cabello que se había desordenado en el camino. —¿A qué no adivinan quien acaba de salir de la oficina del director?

Corazón con Fecha de Expiración (YooMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora