Sensación de Hogar

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Corazón con Fecha de Expiración

Sensación de Hogar

Capitulo Tres

Yoochun salió a comer con Sunny el último día de las exposiciones. Y salió junto a la profesora de música, porque de otro modo resultaría terriblemente sospechoso y extraño que solo saliera con ella, pero no era su culpa. Shim se había desaparecido al día siguiente. Ni siquiera había presentado excusas o algo parecido. Solo había decidido faltar y Yoochun optó por no enojarse. No tenía sentido, los niños engreídos como Shim Changmin eran así, quizá nunca debió confiar en él.

—¿Todo bien Yoochun?

La profesora de música lo veía en esos instantes con los palillos dentro de su boca y con un tono de voz que fue lo suficientemente alta como para que Sunny girara hacía ambos y lo mirara también.

—Claro, solo estoy algo cansado— Miró de soslayo el pequeño trofeo que habían ganado esa tarde como el mejor stand durante esa semana y Sunny pareció contagiarse de un humor mejor que el suyo.

—¡No puedo creer que nos vayan a exonerar en todas las materias!— Aplaudió la menor —Mamá estará muy orgullosa.

Repentinamente Yoochun se encontró tomando un poco de soju aunque era indebido teniendo a su estudiante cerca, incluso notó la mirada un poco recelosa de la profesora junto a él que solo se negó cuando le ofreció un poco, pero Yoochun creyó, al menos internamente que un poco de licor no podía ser tan devastadoramente malo.

...

...

Unos días después Yoochun había logrado dejar de lado ese resentimiento extraño que había sentido por el menor por haberlo dejado botado con todo y presentación, como si nada, como si no fuera un cumplimiento previo. Pensó en hablar con el director para exentar de las exoneraciones a Shim, pero luego lo descartó por ser innecesario. Changmin pasaría exonerado o no.

Los días siguientes Shim se presentó a clases como si nada, cumplía con los deberes, contestó a sus preguntas, pero jamás demostró intención alguna de disculparse por haber dejado plantados tanto a él como a Sunny. Él tuvo que unirse a la muchacha para ayudarla a sustentar el stand, aunque no es que tuvieran mucho público, es decir, sin Shim no había gente pululando por todos lados al fin y al cabo.

Yoochun creía a ratos que ese había sido el plan malvado del menor desde que decidió unirse a lo de la semana cultural, arruinarlo aunque no le hubiera funcionado en su totalidad. Después de todo, si en verdad quería abandonarlo, simplemente los hubiera abandonado desde el primer día. Yoochun le daba muchas vueltas a la situación y Jaejoong se quejaba de darle mucha atención a algo que no lo merecía. Y quizá tenía razón.

—Entonces...— Sin embargo cuando daba sus clases, Park intentaba transmitir en los adolescentes a su cargo un poco de esa pasión que corría por sus venas cuando hablaba de esas grandes mentes que iluminaron de fantasías lo que hoy se encuentran estudiando, en instantes como esos. Yoochun se olvidaba de ese resentimiento infantil —En aquellos tiempos se podrán imaginar que los únicos que se consideraban letrados eran los que exponían en esos grandes estadios de Grecia historias o leyendas que podían ser contadas una y otra vez porque a la gente le fascinaba, los maravillaba. Recordemos que para esa época, incluso los reyes eran analfabetos.

Los rostros de sorpresa variaban en diferentes extensiones, pocas veces tenía la atención de todo su salón y en este momento todos ellos escuchaban atentos, como si les estuviera contando una historia, todos excepto el prodigio que permanecía con su imagen puesta en la banca de su compañero frente a él.

Corazón con Fecha de Expiración (YooMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora