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Murahimu

¿Son amigos o pareja?

Nos encontrábamos en una posada al norte de Akira sus padres viven aquí, me han invitado a pasar unos días con ellos luego regresaría al instituto el resto de las vacaciones, no contaba con el hecho que Atushi tuviera cuatro hermanos mayores que el, es el menor de la casa irónicamente ya que era el más alto de todos. Toda su familia se encontraba en casa, es muy cálido estar aquí, hay risas, comida y dulces creo que esto es hereditario ya que a excepción de su hermana mayor los otros tres hermanos comían algún bocadillo de la mesa.

-Muro~chin tienes que comer.- me tendió un plato con estofado de crema.-dicen que eres muy delgado.

-Gracias Atushi.- tome el plato.

-¿Así que tú eres tatsuya?.- un chico de unos veinte años se sentó a mi lado tiene un corte de pelo similar al jugador de shutoku, Takao solo que ligeramente más largo que el y algunas perforaciones en sus orejas.

-Himuro Tatsuya un gusto.

-Murasakibara Hayame su tercer hermano mayor. ¿De dónde se conocen?

-Soy su compañero de cuarto y en juego.

-Debo decir que gracias a ti ah dejado de ser tan flojo.

-Pienso que así está bien.- le sonreí.- aunque hay veces que es difícil cuando se trata de limpiar.

-Eres muy lindo.

-Eh? Gracias

-Niisan deja de coquetear con el.-Atsushi se acerco a contradecir a su hermano.

-No lo hago.

-Lo haces.

-No lo hago.

-Lo haces.- reí por su pequeña pelea.- muro chin Okasan dijo que te llevará al osen.

-Sería genial nunca he estado en uno.

-Te gustara vamos.

🍪

Fuimos a sus habitación por algunas cosas, su madre y su hermana se encontraba en la cocina cuchicheando como adolescentes.

-Nunca he ido a un Onsen esto será divertido ¿qué debo llevar?.

-Estarás desnudo solo puedes llevar una toalla.

-¿Qué? ¿Es enserio?.- puse mi mano en mi rostro cubriendo parte de mi nariz y mi boca.

-¿Murochin está sonrojado?

-Es vergonzoso de tan solo pensarlo.

-No vamos entonces.

-No no, vamos. Quiero ir solo fue un pensamiento.

Solo llevábamos una mochila con ropa extra, bajamos al primer piso y la señora Murasakibara me entregó los boletos supongo que pensó que su hijo los vendería en el camino por algún dulce, terminó por guiñarme un ojo para luego sonreírme tiernamente.

Tipos de amorWhere stories live. Discover now