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Aokise

Toda la vida

Kise animaba desde la gradas a Aomine, daba saltos de alegría gritando su nombre, es la única luz del lugar que parecía no apagarse.

Era día de competencias en la estación de policías del centro de Japón, el departamento organizaba todo para los miembros, la mayoría de las actividades eran para sacar a los mejores y dar reconocimiento por su labor.  Además de que ganaban premios como cenas, vacaciones imprevistas, una caja de donas, café gratis por un mes entre más premios a elegir.

-Aomine ¿Quién es ese lindo rubio? Lleva minutos gritando tu nombre.

-Que te importa.- gruño molesto el comentario había irritado al moreno, estaban por competir en una carrera de velocidad con obstáculos, tenían que escalar, agacharse, correr, sostenerse sobre una barra entre muchos más obstáculos que para un simple oficinista no serían fáciles de pasar.

-Pues si no es nada tuyo, conseguiré una cita con él.

-Es mejor que no.

El pelicastaño sonrió emprendiendo su caminata a las gradas con aquella estúpida sonrisa en su rostro o eso es lo que Aomine pensaba, miro a otro lado.

Después de haber hecho el amor el día que se habían reconciliado , hablaron sobre sus inconformidades con cada uno, el que tuvo más puntos en contra fue Kise, una de ellas eran los celos posesivos que el peliazul tenía con todo los chicos o chicas que se le acercasen a su novio. Puesto que pensaba en el hecho de que Kise aceptaría a cualquier idiota que le pidiese una cita, le creí inocente, cuando la realidad es que solo le gustaba un idiota y se llamaba Aomine Daiki.

-¡¡Lo logre tengo una cita!!.-regreso saltando de la alegría parecía un niño con un papel en la mano, Aomine tentado a romperle la cara miró a Kise extrañado quien le guiño un ojo en modo cómplice.

-Dudo que hayas conseguido una cita con aquel rubio, Kisaki.

-Oh cadete Moshinori debe confiar más en sus mayores, tengo algo mucho mejor,  una cita con su hermana, Aomine que buena suerte tienes de tener a un chico sexy como Ryouta. Se presentó como tu esposo, no creo que ese sol sea tuyo. ¡Maldito suertudo!

Los halagos siguieron y siguieron aun después de haberles ganado en la competencia de velocidad, había escogido la cena para Kise sabiendo de más que el oji dorado se emocionaría por ese detalle,  estaba feliz de que su pareja se haya presentado como su esposo.

Sus jefes a mandó le entregaron los boletos orgullosos por el potencial que poseía era una gran opción pensaban, le detuvieron un momento con un amena platica con grandes posibilidades.

Por otro lado el gran orgullo que Aomine poseía no le dejaba expresarse con claridad pero hacia lo que podía, camino a las gradas donde el rubio platicaba cómodamente con unas chicas que se encontraban ahí.

-Daiki, ganaste sabía que lo harías nadie te vence bueno si tal vez Kagakuro pero eso es otra cosa.- su comentario acontecía cuando le ganaron en el torneo de interpreparatorias derrumbando aquella frase de "solo yo puedo ganarme", se levantó de la grada para lanzársele encima con una amplia sonrisa, el mayor le dio la carta donde contenía los boletos.- ¿Es para mí? Me darás tu premio.

Tipos de amorWhere stories live. Discover now