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Kagakuro

Cuento de hadas

El fornido pelirrojo iba en camino a la casa de los Kuroko, llevaba un tiempo deseando conocer a su pequeña familia, kuroko habla mucho de ellos, principalmente de su adorada abuelita así es como le apodo el más alto. Siempre tenía algo que decir de ella y eso le gustaba escuchar. Toco el timbre de la entrada, estaba nervioso traía consigo un Chiffon cake que había hecho en casa, es un bizcocho estilo japones muy esponjando y rico. Eran las nueve de la mañana en realidad iba a ser un desayuno ya que los padres del peliazul saldrían por la tarde o algo así había dicho.

Kuroko abrió , Taiga no pudo soportar una carcajada cuando le vio en la puerta, iba con una camisa larga y un short  que se podía ver levemente por los bordes de la camiseta, dejaba ver sus delgadas piernas blancas, cerró la puerta en su cara, se escucharon un par de regaños. ¿Una chica? No, Tetsuya no tiene hermanas, era la mamá de este, se parecen tanto era como su versión femenina, aunque ella tenía el cabello largo y los ojos más grisáceos.

-Eres taiga ¿no es así?

-¡Lo soy!

-Disculpa a tetsu, iba despertando no creímos que llegarías tan temprano.-se hizo a un lado dejándolo pasar, el señor Kuroko estaba en la sala esperándole con los brazos cruzados queriendo intimidarle aunque quien podría hacerlo, medía más de 1.90 y el señor Kuroko a medias penas el 1.67. Muy intimidante.

-¡Buenos días!

-Oh, oh tú debes ser el chico guapo que mi nieto habla todo el día.- la adorable viejita salió de su alcoba para acercarse a picar el estomago de taiga con sus basto, picando sus piernas y brazos.-jo jo sin duda un monumental titán

-Mama no hagas eso.- el señor Kuroko se acercó a ella pero le ignoro siguió picando el abdomen del pelirrojo. Estaba emocionada con lo duro que estaba.

-Kagami~ kun domo

-Oh señorito no debiste ser tan grosero con el, además ya era muy tarde para que estuvieses en esas fachas .- el menor se sonrojó al sentir la intensa mirada de su novio sobre el.- aun no esta el desayuno, pero lo estará pronto.

-Puedo ayudarla si gusta, traje un postre como agradecimiento al invitarme

-Oh no, no, eres el invitado aquí Taiga.-dice sonrojada, moviendo su torso de un lado a otro.

-No es un problema para mi, Señora Tetsuya.

-Deja las formalidades, dime Nanami.

Tetsuya bajo el último escalón, su abuela pico su brazo con el bastón, llamando su atención. En la cocina podíamos observar como el pelirrojo se ponía un delantal rosa, un poco avergonzado por como la señora se lo ponía, agradeció la ayuda con una reverencia.

-Tetsu, Tetsu, es un buen muchacho. Él podrá protegerte como nosotros lo hacemos, deberías de ir con él a Estados Unidos, no te preocupes por estos viejos. Estaremos bien, lo que menos queremos es atrasarte en tu vida.

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