Capítulo 10: ¡¡ISAAC!!

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   Isaac estaba convencido de que moriríamos, por eso ni siquiera se movía para intentar escapar, ya solo restaban 15 minutos, la gente nos veía pensando que era un truco publicitario para anunciar una película o algo por el estilo, pero en las películas hay secuelas... Aquí no la habrá; frente a nosotros había mucha gente, esperaban que el reloj llegara a cero; gritaba pero era en vano.
     Isaac de me dijo que voltear a la derecha en la parte del techo, había una especie de cristal que servía para ver al segundo piso, en la segunda planta había un hombre y estaba con Flores, tenían un cúter láser, hacían un agujero redondo de más o menos 1.5 metros de diámetro en el cristal, retiraron con cuidado el vidrio cortado, entonces Flores comenzó a colocar explosivos en las orillas del agujero, el otro hombre estaba parado detrás de ella y con una patada la arrojó desde el segundo piso, no me quiero imaginar ni como quedó, ¿Traición?, ¿Ató cabos sueltos?, No tenía idea de lo que había pasado, pero el tipo que estaba arriba sacó un dispositivo y presionó un botón apuntando hacia nosotros, el cronómetro se había detenido y las ataduras se reventaron, alguien nos había salvado...
¿Quien sería esa misteriosa persona?, No me detuve a pensar, salí corriendo con Isaac y todos solo nos miraban con expresión de molestia porque no les había gustado el "trailer" de su película de acción, no nos importó, salimos del centro comercial corriendo como si no hubiera un mañana pero Isaac se detuvo repentinamente... En su espalda había una flecha incrustada con una nota que ponía: "Todo en esta vida tiene un precio"  Isaac cayó, y sus últimas palabras fueron:

-¡No confíes en ella y huye, tú puedes hacerlo!

No pude evitar derramar una lágrima, mi amigo, mi aliado, estaba muerto. Pero debía respetar lo que me había dicho, Isaac sabía algo que yo no, algo sobre su asesino, ahora yo me cargaba 2 personas muertas, al parecer yo llevaba la muerte a donde iba, aunque por otro lado, Flores ya estaba fuera de la jugada, y eso era al menos un paso en mi investigación.
     Junto a mi pasó una niña rubia de unos 8 años, me dió una nota y me dijo que una persona le había pedido que me la entregara, sin dejarme decir nada salió corriendo y se perdió entre los compradores del centro comercial. Algunas horas más tarde llegué a una estación de autobuses y compré un boleto a Nueva York, en un lado de la estación estaba una librería, me quedaban para entonces unos 350 dólares, y el camino a Nueva York sería largo y aburrido, entré y la propietaria de la librería era una chica hermosa, cabello negro, piel blanca y unos ojos azules tan profundos como el mar mismo, y me hablaba con una voz tan dulce como el sonido que emite un violín...
-Hey! ¿Sigues vivo?- Me dijo la chica, al parecer había notado que me quedé observándola.
-S... Si!- Fue lo único que salió de mi torpe boca.
     Me puse a buscar un buen libro para no aburrirme en el viaje, encontré uno de aventura, según el fragmento que venía en la contraportada, trataba de un joven que era atormentado por las cosas que había hecho en el pasado y sus amigos lo ayudaban a "adaptarse" y para eso realizan todos los deseos del protagonista; me dirigí a donde estaba la linda chica y le di 70 dólares, pues ese era el costo del libro, mientras ella guardaba el dinero y ponía el libro en una bolsa yo me puse a revisar mi boleto:

De: Las Vegas, Nevada
A: Nueva York
Hora de salida: 03:00 p.m.

     La chica me dió mi libro y me retiré, ya estando afuera de la librería, ví el reloj que estaba frente a la estación y  aún faltaban 30 minutos para que mi autobús saliera, entré a la estación y me senté un una de la bancas negras pertenecientes a la estación, me puse a leer el libro, en la primera página estaba escrito con tinta roja:

     "Todo en esta vida tiene un precio, y tú pagaste el tuyo, más vale que te alejes de los que quieres o saldrán lastimados; yo te ayudé a escapar y cobré con la vida de Isaac, nos volvemos a ver, eso te lo aseguro Luis"

     Lo único que pensé en ese momento fue regresar a la librería y confrontar a la chica, pero si ella había dicho que nos volveríamos a ver, no valía la pena volver, debía enfriar mis pensamientos y crear un buen plan para vengar la muerte de Isaac, por las bocinas anunciaron el próximo autobús a Nueva York, y salí para abordarlo, me tocaba el asiento #27, junto a mi había una chica con una sudadera negra y unos lentes oscuros, le pedí que me dejara pasar para sentarme, ella no dijo nada, solo se movió y agachó su cabeza. Inicié a leer el libro, ignorando la página que tenía la nota, mi viaje comenzaba, mi vida se arruinaba cada vez más...

Luis Carlos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora