Capítulo IV: Memorias

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Capítulo dedicado a mis hermosas HikariRyu7, Esther_SGC, jrimkim07 y GabyMarVilla3, quienes por sus hermosos comentarios en el pasado episodio, me motivan a continuar con la historia.

También agradezco a todos los que leen, dejan su bonito voto o agregan a listas de lectura.

Consejo(?) : Si pudieran poner la música del video el momento en donde empieza la letra de la canción, se leerá más kúl.

Hace siete meses...

El característico escándalo producido por las sirenas de las ambulancias, penetraba en cada rincón de las frías y obscuras calles. Alrededor, decenas de hombres y mujeres en uniforme policial corrían por todos lados, en ese momento el caos era tan grande que poco importaba si la lluvia empapaba sus ropas, lo único con verdadera relevancia era poner a salvo a los civiles que se encontraban cerca de la zona, sin embargo, para Kim JongIn, el alboroto del contexto había quedado en segundo plano, su mundo había quedado reducido en aquellos ojos negros carentes de brillo.

― Hyung...― Su voz sonó débil, quebrada, lastimada.― No debiste, no debiste.― Se aferró un poco más al cuerpo inerte que descansaba en sus brazos, poco le importó quedar manchado por las cientos de rosas carmesí que florecían en el pecho de KyungSoo, sólo deseaba poder conservar la calidez que lentamente se iba perdiendo.

― Oficial. ― La voz de una paramédico interrumpió su lamento.― Necesitamos llevarnos el cuerpo a la morgue. Le suplicamos que- -

― ¡No! ¡Aún no pueden llevárselo!

― Oficial, sabemos que es doloroso, pero por favor, no interrumpa en nuestro trabajo.

― ¡No! ― Sus manos se aferraron al quien fue su compañero de trabajo, mientras un par de camilleros intentaban quitárselo, lográndolo con éxito dejándole una vacía sensación tanto en sus brazos como en su corazón.

― KyungSoo. . . ― Un par de obres color marrón despertaron de su descanso, dejando salir en ese acto, un par de lágrimas que terminaron secándose en un suave almohada.

― Estoy aquí, JongIn. ― Respondió el alma del mayor, a pesar de saber perfectamente, que el moreno no podía escucharle. ― ¿De nuevo ese sueño?― Llevó una de sus manos a posarse sobre una del menor, mas esta sólo atravesó el tejido vivo. ― Es inútil.― Susurró, mirando fijamente aquella mano que ya no podía dar calor, que ya no podía dar apoyo cuando el menor lo necesitaba, e instintivamente, llegó a su memoria las veces en las que aquel rubio torpe, había podido calmar el dolor de Jong con tan sólo un leve roce. ― Cuánto te envidio.

La canción de una famosa agrupación femenina empezó a sonar por toda la habitación, indicándole al joven policía que recibía una llamada. Con pesar, se sentó sobre su cama, y tomando su móvil de la mesita de alado, respondió sin tan siquiera fijarse en el remitente.

― Diga.― Mal contestó, y es que no había nada que le molestará más que ser solicitado en su día de descanso.

― ¡Detective Kim! ― El grito de JongDae, terminó por despertarle.― ¡Es una emergencia, por favor venga inmediatamente!

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― Entrega para el joven Kim JunMyeon. ― Un joven con uniforme de la florería Dreams, llamó a la puerta de la cafetería, atrayendo la atención del propio mesero, quien tuvo que dejar es espera el pedido de un cliente.

― ¿De nuevo? ― Preguntó con algo de pena, pues en ese momento era el centro de todas las miradas que se encontraban en el lugar, y no es porque fueran chismosos, es que ¿Quién no le prestaría atención a tres empleados que cargaban cada uno, dos grandes y coloridos arreglos hechos con rosas rojas, claveles rosas y alcatraces?

Beauty in the Darkness ♦ KaiHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora