Capítulo I: ¿Trato?

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¿Cuánto tiempo llevaba sentado en ese horrible lugar? Le era difícil averiguarlo, pues desde el primer momento en que pisó la comisaria, aquel peculiar oficial había decomisado su teléfono celular; Honestamente, no estaba seguro y maldecía no conocer en su totalidad las leyes de su país, pero estaba casi seguro que ese acto atentaba contra sus garantías de libertad.

― ¿Ya puedo irme? Tengo bastantes ingredientes que comprar para mi cafetería, y varios proveedores cierran temprano. ― Trató de persuadir al joven de cabellos castaños, quien en todo el tiempo pasado, no había despegado la vista de un montón de papeles, que muy seguramente se trataba de su largo historial como presunto culpable. ― No va a encontrar nada ahí. En todas esas investigaciones se ha demostrado mi inocencia. ― Aclaró, ya un tanto hastiado por la situación.

― Creo que eres un poco hablador. ― Dijo el detective, dejando en paz aquella carpeta cuyo contenido había leído minuciosamente. ― No sé qué te parezca a ti, pero el que hayas estado involucrado en tantos casos, te hace ver más sospecho, al menos para mí. ―

Junmyeon estuvo a punto de debatir aquella horrenda e infundada acusación, sin embargo, la voz de una tercera persona, cortó la tensión que en esos momentos se formaba en la sala de interrogatorios.

― Quizá para ti sea así, Kai-ssi, pero para nuestro querido jefe, no. ― Anunció el oficial de labios gatunos, esbozando una sonrisa que parecía ser burlona. ― Eres libre, Junmyeon. YiFan te manda saludos, y hablando de saludar a personas bonitas, mándale mis saludos a la belleza que tienes por cocinero.

El rubio tan sólo se dedicó a soltar una pequeña risa, mientras rodaba ligeramente sus ojos. ― Si no llegó a comprar todo lo necesario para los red velvet de mañana, esa "belleza" que tengo en la cocina será todo, menos una belleza. ― Sin esperar otra indicación, se levantó de su asiento, extendiendo sus manos hacia Chen, quien felizmente le quitó las esposas que llevaba sobre sus muñecas. ― ¿Nuevo detective en la ciudad? ― Preguntó, llevando su vista hacia el chico canela, que por unos minutos había sido ignorado de la plática.

―No estoy entendiendo nada. ― A juzgar por el ceño fruncido de JongIn, no le había gustad nada el giro que había dado su "investigación". ― ¿Por qué el comandante Wu dejaría en libertad a alguien con un historial tan anormal?

― Te sorprendería saber la razón. ― Le respondió el más bajo de los tres, regalándole una suave sonrisa, que por alguna extraña razón, logró calmar todo rastro de molestia en el de tez bronceada.

― ¡Oh! Yo puedo decirle. ― Interrumpió Chen ganándose un pequeño golpe en las costillas por parte de JunMyeon.

― Mejor llévame al supermercado, ¿Quieres? Quizá así Minnie tenga la tarde libre mañana.

― ¡Al Chenmóvil! ― Sin esperar respuesta, el policía salió corriendo directo al estacionamiento.

― ¿Siempre es así? ― Preguntó Kai, rascándose la nuca con algo de pena ajena.

― Es parte de su encanto, creo o al menos eso dice siempre Minnie. Buena suerte, bienvenido a la ciudad y espero que no nos volvamos a ver. ― Mencionó en medio de una risa tenue, acomodando unas cuantas hebras rubias detrás de su oreja. ― Adiós.

― Espero lo mismo...― Por más que quiso mostrarse indiferente al momento, JongIn no pudo reprimir la sonrisa que se mostraba radiante. ― Adiós.

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― ¡Llegué! ― Anunció con efusividad, abriendo la puerta de su cafetería con algo de dificultad, debido al montón de bolsas que traía en manos.

Beauty in the Darkness ♦ KaiHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora