Capítulo IX: Cierre de ciclos

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Una vez dentro de la casa, JunMyeon le indicó a SeHun que le esperará sentado en la sala, mientras él iba a su habitación en búsqueda del botiquín de primeros auxilios que siempre conservaba por si llegase a presentar alguna tragedia, cabe mencionar que también tenía uno en la cafetería, Junnie era un hombre bastante precavido o paranoico, dependía del cristal con que se mirase. Una vez con el botiquín en manos, fue hasta la cocina a sacar un poco de hielo del congelador, envolviéndolo enseguida entre unas cuantas vendas.

― Que nostalgia.― Expresó el menor al ver llegar a Myeonnie.― ¿Recuerdas que en la escuela también me cuidabas así?

― Era horrible que estando ya en universidad, siguieras buscando pleitos con otros.― Respondió sin ni siquiera mirarlo, dejando las cosas en la mesa de centro, tomando luego un poco de algodón, el cuál humedeció con alcohol.

― Sólo con los chicos que te coqueteaban.

Sin emitir palabra, desinfectó las heridas del menor, dejando que el ardor del alcohol sobre la lastimada piel, respondiera por él. Una vez hecha la labor, pegó con brusquedad el hielo en el pómulo inflado, recibiendo unos cuantos quejidos del azabache.

― No te enojes.― Pidió con un puchero en sus labios que ya no produjo ninguna hermosa sensación en Suho. ― ¿Todo bien? ― Preguntó al ver esa inusual seriedad en el mayor.

― No, nada está bien.― Declaró con molestia. ― ¡Golpeaste a un policía! De algún modo u otro investigaste su dirección, le seguiste y encima lo golpeas frente a su propia casa.

― Tampoco es como si él no hubiese golpeado también.― Mencionó, pegándose un poco más el hielo que aliviaba un poco su dolor.

― No estás entendiendo. ― Con expresión cansada, se sentó a un lado del más alto.

― Y tampoco me importa entender. ― Su mano libre se posó sobre el muslo del ajeno. ― Si no hubiese ido hoy, no estarías nuevamente a mi lado. Gracias por darme otra oportunidad, mi amor.

― ¿Cuándo he dicho que quería retomar el noviazgo? ― Su mirada de indignación no podía ser más evidente. Se apartó ligeramente del menor, cortando así cualquier contacto.― Si acepte venir contigo es porque necesitamos hablar.

― JunMyeon, por favor, no. . .

― SeHun, ambos tenemos que aceptar que lo nuestro ya acabó. ― Habló sin enojos, sin tristezas, sin rencores, lo único que deseaba era poder dejar todo en claro para poder cerrar el hermoso capítulo que fue Oh SeHun en su vida, porque sí, a pesar de las constantes peleas, no podía negar lo mucho que lo llegó a querer. ― Es por el bien de ambos, Hun esos celos que siempre has sentido por mí, me abruman. Siempre teniéndote que llamar para pedir permiso, negarme a actividades que me gustan para no discutir contigo, sinceramente. . . Ya me cansé.― Sí, dolía decir aquella frase a alguien a quien solías amar, y dolía más al ver la mirada destrozada que ese ser te dedicaba.

― ¡Puedo cambiar!― Soltó el hielo, dejando que este rodara por el suelo. ― Prometo que me contralaré mejor, ya n- -

― Ya no serás tan posesivo, y me darás mi espacio. ― Interrumpió el discurso del menor. ― Dices exactamente las mismas palabras en cada reconciliación, y ni en una sola ocasión he visto un verdadero cambio.

― Es por el detective, ¿Verdad? ― Cuestionó con notoria irritación.

― No, SeHun, es por mí. Es porque estoy exahusto, es porque ya no te quiero como antes, es por mi dignidad, porque no sabes lo mucho que me dolieron tus palabras, lo mucho que me dolió que me hayas visto como un raro tal y como todo el mundo lo hacía. ― Pequeñas perlas de agua comenzaron a invadir las mejillas del rubio. ― Juro que quisiera decirte que dejé de amarte cuando me fijé en JongIn, pero cuando él llegó, lo que sentía por ti ya estaba seco.

Beauty in the Darkness ♦ KaiHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora