Déjame entrar

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La desesperación había perseguido a Mina toda la semana, fue una tarea torturante el estar cerca de Nayeon y tener que controlarse cada vez que quería abrazarla, tomarle la mano, besarla... besarla se había vuelto el mayor pecado, ella se lo prohibió y este hecho solo lo volvía más tentador

Era fin de semana y la extrañaba, dio vueltas por su cama, comió algunos bocadillos, revisó interminablemente sus redes sociales pero nada la distrajo del sentimiento sofocante de extrañarla, quería verla, estar con ella a solas y hablar de ellas, un mensaje o una llamada no saciaría sus deseos

Si no quería volverse loca tendría que moverse y hacer algo pronto y una cosa era muy evidente, tendría que hablar con Chaeyoung cosa que le daba miedo, mucho

El ver una imagen de Sana y Momo juntas en Facebook la hizo tener un torpe plan, llamo a las japonesas para pedirles ayuda...


Dos chicas sonrientes se acercaban a la casa no. 77, una casa cualquiera, con un jardín bonito de tamaño mediano y bien cuidado, la puerta roja. Tocaron el timbre, esperaron escasos dos minutos y la puerta se abrió bruscamente dejando ver a una Nayeon muy sorprendida

-¿Momo? ¿Sana? ¿Qué hacen aquí? ¿Cómo supieron donde vivo? –las miro con los ojos entrecerrados

-Hola, buenos días, estamos bien ¿y tú? –Momo le dijo con sarcasmo entrando a la casa sin su permiso, Sana detrás solo sonriendo

Nayeon cerró la puerta aun con una expresión incrédula, ambas se le quedaron mirando de arriba abajo y la pelinegra se extrañó ante el gesto hasta que recordó que aún estaba en pijama

-Aww se ve adorable –exclamo Sana corriendo a abrazar a la chica, Momo la siguió con el gesto

-Esperen-esperen ¿Qué-qué hacen? No me dejan res-respirar

La estrujaron fuertemente

-Momo... paren

-Ya, ya que amargada –le contestó la nombrada separándose

-Cámbiate, vamos a salir

-¿Quiénes son ustedes para venir a mi casa y darme ordenes? –haber sido interrumpida a medio desayuno la puso de malas

-Igual es la 1 de la tarde ya deberías de estar cambiada

-Es sábado Sana –Nayeon argumento con los brazos cruzados y un puchero, las otras dos chicas se acomodaron en el sillón con mucha confianza- ¡YAH! dejen de ponerse cómodas

-¿No están tus padres? –Momo ignoró esto último volteando a todos lados en busca de otra persona en la casa

-No, salieron y no sé a qué hora regresan –se resignó y camino por el plato de cereal a medio comer que dejo en la cocina para después dejarse caer en el sillón a lado de las chicas, subiendo las piernas a la mesita frente a ellas

-¿Por qué no has llamado a Mina?

Nayeon casi escupe la leche al escuchar la pregunta, se pasó las piezas de cereal enteras, "ellas quieren matarme" pensó

-Yo-yo iba a hacerlo –dijo nerviosa, se mordió el labio al recordar la pelea interna que tuvo toda la mañana, la verdad es que no quería verse desesperada, pero había tenido ganas de llamarla desde el primer momento en que despertó- esperen ¿por qué estoy dándoles explicaciones?

-Ya no importa, no debe tardar en llegar –Sana se encogió de hombros mirando su reloj de mano

-¡¿Qué?! –deposito bruscamente el plato de cereal en la mesita tirando un poco de leche a su paso- están bromeando ¿verdad?

MUSA (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora