No pasa nada

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-¡Mina! –la llamaron luego de sentir un agresivo jalón de oreja, cosa que la hizo soltar un gritillo de dolor, cuando vio los ojos furiosos de Nayeon supo que las cosas no terminaban ahí

No recordaba cuando dejo de poner atención, lo último que escucho de manera consciente fue un regaño por parte de Nayeon después de decirle "lo bien que se veía" con su uniforme de educación física

-Lo siento conejita ¿Qué decías? –pregunto con nerviosismo y timidez

-Nada de conejita sabes que lo que más me molesta es que me ignoren –se cruzó de brazos mostrándose más enojada

La imagen de la chica con el ceño fruncido daba miedo y al mismo tiempo era hermosamente abrumante, una tensión se acumulaba lentamente dentro de ella así que Mina no lo soporto más y salto a abrazarla con ganas, la otra enojada luchaba por soltarse

-Suéltame, no arreglaras las cosas con este truco barato

La otra solo negaba y la estrechaba más fuerte

-¡Es que luces taaaan linda cuando te enojas!

Nayeon dejo de forcejear por un segundo, se dio cuenta que sus defensas fueron debilitadas por un momento gracias a esa voz tan infantil, pero sacudió la cabeza y siguió con sus reclamos

-Entonces mejor para ti porque me veras así todo el día

Mina ignoraba por completo sus reclamos luchando contra los empujones sin soltarla. De repente con un movimiento rápido la obligo a encararla conectando sus miradas intensamente por unos segundos, Nayeon se quedó estática un tanto embobada como siempre por los ojos ajenos aun estando en sus brazos, desde esa cercanía todo parecía tener un color tan nítido, el café de los ajenos se volvía su matiz favorito, tan llenos de brillo y vida, juguetones y expresivos

-Nayeonie –"esa vocecita me mata" pensaba la nombrada

-Mina detente, estamos en la escuela ¿lo olvidas? –le dijo nerviosa por la cercanía que tenían, la japonesa simplemente negó sin separarse ni un poco

-Dame un beso ¿sí?... Uno chiquito

-Solo quedan dos clases más, espera un poco

Mina puso cara de niña compungida y chilló infantilmente

-No, no, no, no puedo esperar... vamos, Chae ni siquiera está por aquí –trató con su mejor cara de perrito a lo que Nayeon aparto sus ojos para no ceder pues ya se la estaba poniendo difícil

-Suéltame ya –le ordeno aun con el rostro desviado

-Mírame

-Estamos llamando la atención –Nayeon le dijo entre dientes apenada, eran el foco de atención de una bolita de estudiantes que no tenía disimulo, incluyendo al grupito de porristas que almorzaba no muy lejos de ahí

-Mírame y te suelto

La pelinegra suspiró cansada y acato aquella petición lentamente, antes de que pudiera percibir bien los rasgos de Mina que estaban a tan solo unos centímetros de su propio rostro un beso fugaz la hizo pestañear por la sorpresa, segundos después la calidez de los labios y brazos ajenos la abandonaron

La sonrisa malvada de la japonesa provoco que ella también sonriera en complicidad, casi sin querer y con un ligero rubor en sus mejillas

-No te libraras tan fácil, dime, ¿Qué tanto mirabas que era más interesante que yo? –Mina se hizo pequeña ante esos ojos entrecerrados, automáticamente su mirada busco a su mejor amiga en la mesa de las porristas que platicaban animadamente. Ella se veía pálida y de una manera inexplicable se miraba frágil, ante este pensamiento los ojos de la japonesa se humedecieron fugazmente, la otra no paso esta acción desapercibida y se permitió hacer algunas suposiciones- ¿Estás celosa?

MUSA (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora