Hay un mundo allí arriba más allá de las nubes, donde existe una profecía relatada hace eones, solo dos palabras:
Destrucción o Libertad.
Existirá un ser que rompa todo equilibrio con un gran poder y vendrá al mundo, caminará entre los mortales. Se...
Cuando llego a la escuela lo primero que note fue mi lugar completamente desierto, no hay señales de Killian, solo están mis amigas hablando entre ellas. Las dos se giran y cuando nuestras miradas se cruzan, las tres nos sonreímos. Pero de nuevo mi mirada se desvía hacia el asiento vacío.
¿Porqué no vino Killian? no lo sé ¿Será que llegara tarde? Puede ser, ¿Por qué me tiene que interesar tanto si no viene?...no lo sé.
Meneo la cabeza de lado a lado tratando de callar la revolución de preguntas formadas en ella. Camino con paso firme hacia mi asiento, y solo al momento de acomodarme las dos chicas locas que tengo enfrente se voltean para decirme:
─Hola, Lina. ─comienza Andrea.
─Hola. ─le respondo.
─ ¿Tienes nuevas noticias para nosotras? ─me pregunta Karla sonriente.
─No, y como ya se para donde va esto mejor me pongo a revisar mi tarea haber si falta algo. ─respondí.
─No puedes ignorar el tema por siempre. ─reprendió Andrea.
─Lo intentare todo lo que pueda. Así que ya basta, la clase esta por empezar. ─les dije con una sonrisa antes de girarme por completo hacia el frente.
Y aun cuando la clase estaba por terminar yo todavía tenía esperanzas de que Killian llegara, pero mi suerte no es tan buena. No vino hoy.
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Llegando a mi casa hago lo de costumbre, si, mi vida es más mundana que nada. Al día siguiente albergaba nuevas esperanzas de que hoy si viniera, pero tampoco lo vi. Así fue toda la semana, después paso otra semana y otra y otra y ya iban cinco semanas sin verlo, me empezaba a preocupar.
"No tendrías que hacerlo." Hablo mi subconsciente.
El viernes de la quinta semana después de su desaparición salí a caminar un poco, necesitaba pensar, pero termine en un local de comida rápida. Desde que Killian se fue hace cinco semanas, la gente en la preparatoria empezó a armar rumores. Yo sinceramente no sé qué creer, pero lo que si sé es que él volverá, lo sé, estoy segura.
Aunque no tenía idea de por qué me importaba, solo lo hacía y ya. Y no sé que me preocupaba más, el saberlo o el no querer hacerlo.
─ ¡Cuidado!─gritó alguien a la distancia. Apenas iba saliendo de aquel local y estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que derrame toda mi comida en la chaqueta de un chico.
─Perdón, de verás lo siento. Iba distraída no me fijé que venías...
─No importa, está bien, solo es una chaqueta.
Al escuchar su voz, mi mirada se levanto de golpe hasta encontrarse con esos ojos azules, hermosos de verdad, cabello castaño y una sonrisa que te puede derretir con solo mirarla. Lo conozco.
─ Tú eres Jacob, ¿verdad?
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