Capítulo 1: El objeto

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La iluminación de la sala fue progresivamente intensificándose, y de repente abrí los ojos. La película había acabado y estaban dando los créditos. La gente empezó a levantarse y a salir de allí.

-_____, te has quedado dormida desde que comenzó la película! -me reprochó mi amiga.

-Lo siento Alex, sabes que no soy de películas románticas, me aburren demasiado. -dije con voz soñolienta.

-Por eso no tienes novio! Todos los chicos te ven como una amiga. -justo en la herida. Alex tenía razón, era la única chica de mis amigas que no tenía novio, y eso me ponía triste.

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Alex y yo vivíamos prácticamente en la misma calle, así que mientras íbamos de camino a nuestras casas, entramos en nuestra cafetería favorita para cerrar el sábado. Como de costumbre, cada una se pidió lo mismo de siempre y nos sentamos en una mesa que daba a la calle.

-¿Quieres que te presente a los amigos de mi novio? -me soltó sin pelos en la lengua.

-No por favor, más citas a ciegas no. Ya he tenido suficiente con los amigos del novio de Ana. -dije haciendo un suspiro.

-Vamos _____, sabes que lo hacemos por ti. Queremos volver a verte salir con un chico, ¿Cuánto hace del último?

-Ni me acuerdo, perdí la cuenta de los años. Pero no hace falta que os preocupéis, si no me ha surgido nada, ya tendré algún romance pronto. -intentaba sonar positiva, pero en realidad yo ya estaba sin esperanzas y sin ánimos.

Se notaba que Alex no me creía, pero prefirió no seguir con el tema. Pasado un rato, decidimos pagar nuestras consumiciones e irnos a casa, estábamos muy cansadas y ya se había hecho bastante de noche.

Tan solo un par de minutos de salir de la cafetería, nos vino una niña pequeña corriendo y diciéndonos que por favor parásemos.

-Perdonad -dijo la niña sin aire- se os ha olvidado esto en la mesita de la cafetería. -dijo mientras me entregaba un llavero. Las dos nos lo miramos extrañadas.

-Perdona pero esto no es- -Y antes de que pudiera acabar la frase, la chica ya se había ido.

-¿Dónde se ha metido la niña? -preguntó boquiabierta mi amiga, y después dirigió su mirada otra vez al llavero- Eso te lo quedas tú, a mí no me gusta.

Yo no apartaba la vista del llavero, inspeccionándolo. Este era una niña pequeña... una niña muy parecida a la de hacía tan solo unos segundos. ¿Y qué era lo que tenía en la espalda? ¿Acaso eran alas? Pero no eran unas alas normales, más bien eran unas alas negras...

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Cuando llegué a casa me puse el pijama y me tumbé en el sofá. Hice zapping en la tele, pero como no echaban nada interesante, acabé quedándome dormida.

De repente empecé a escuchar una voz. Una voz que me llamaba, que me pedía que despertara. ¿Volvía a estar en el cine con Alex?

Por fin conseguí abrir los ojos, pero ¿dónde estaba? No veía nada, ni nadie. Estaba en una sala blanca, y lo único que había era el sofá de mi comedor. Nerviosa, empecé a caminar hacia las paredes, tenía que buscar una salida.

-Hola _____, por fin despiertas. Te he estado esperando. -me giré rápidamente hacia el origen de aquella voz. Era la niña. Era mi llavero.

-¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy? ¿Que hago en esta sala? -sin darle tiempo a responder, empecé a hacerle muchas preguntas.

-Tranquila, tranquila. Encantada, soy Kibo, y como te habrás dado cuenta, soy la muñequita de tu llavero. Y sí, soy un ángel, pero un ángel creado a partir de brujería, de ahí mis alas negras. Mi objetivo es otorgar oportunidades. -yo estaba completamente callada, atónita. Me respondió a todo como si pudiera leerme la mente.

-¿Oportunidades? -le interrumpí durante su presentación.

-Sí, oportunidades. Sé que no has triunfado mucho en el amor, que hace tiempo que no sales con chicos. Así que mi ama te eligió para que ese deseo tuyo de conseguir pareja te sea más fácil.

-¿Tu ama? ¿La niña que vino corriendo? ¿La que se parece a ti? -no acababa de creerme todavía en la situación en la que me encontraba.

-Más bien a la que yo me parezco, pero sí. Bueno te explico, tendrás 7 citas con 7 chicos diferentes. Cuando sean las 23h, tus citas acabaran, da igual sí estás con alguno de ellos o no. Una vez que acabes con las 7 citas, nos volveremos a encontrar.

-Espera, espera. ¿Cómo que 7 chicos? ¿Y cómo que 7- -me interrumpió para poder seguir con su explicación.

-En cada uno de estos chicos sobresaltará un pecado capital que marcará su carácter. Como te había mencionado antes, yo fui hecha a partir de brujería, por lo que como buena bruja, mi ama no te iba a poner las cosas tan fáciles.

-Pero los pecados capitales en teoría son malos y se intentan evitar. -dije aún más sorprendida.

-Tu misma lo has dicho; en teoría son malos... tal vez no lo sean tanto. -me dijo esbozando una sonrisa picarona.

De repente cambió su cara, y con prisas se empezó a despedir- Bueno_____, se me acaba el tiempo, espero que te vaya muy bien! También espero que encuentres a tu chico ideal y que por fin puedas empezar una relación! ¡suerte!

Y antes de poder preguntarle todas las dudas que tenía, se fue. Se fue al igual que hizo aquella niña horas antes, su ama.

7 pecados capitales (bts & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora