Capítulo 2: Primera cita

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Tras desaparecer Kibo, me desperté en el salón de mi casa. ¿A caso fue todo un sueño?

Desconcertada fui a la cocina a por un vaso de agua. Las 11h de la mañana marcaba el reloj.

Como cada domingo, empecé a hacer las tareas de la casa. Mientras recogía mi habitación, me sumergí en mis pensamientos y en mi extraño sueño. Según ella, tendría 7 citas... ¿Pero empezaría hoy la primera? ¿Y con cual de los 7 chicos?

No me gustaba mucho la idea de que representaran los 7 pecados... Un chico será orgulloso, otro envidioso, avaricioso, irascible, ... Contra más pensaba en lo que me esperaba, más miedo me entraba.

-También está la lujuria... -pensé en voz alta, y no pude evitar sonrojarme.

De repente, el tono de llamada del teléfono me sacó por completo de mis pensamientos. Fui corriendo al pasillo antes de que colgara.

-¿Sí? -dije sin apenas aliento- ¿Quién es?

-¿_____? Llamo para preguntarte si quieres hacer algún plan juntos. -me respondió una voz grave.

¡Era el primer chico! Pero... ¿Cómo sabía mi nombre?

-Perdona pero, tu nombre es... ?

-Soy yo, Suga! Tu amigo desde que éramos pequeños! -sonaba un poco molesto.

-A-aaah... -no se me ocurrió nada que decir porque simplemente... ¡¿DESDE CUANDO TENÍA UN MEJOR AMIGO?!

-¿Entonces que quieres hacer? ¿Te quieres venir a mi casa a comer?

-¿Eh? Ah, sí, sí -no entendía nada de lo que estaba pasando- ¿Me vienes a recoger? No me acuerdo donde vivías...

-¿Ir a buscarte? Paso, tendría que andar para ir a buscar el coche. Te paso la dirección por Whatsapp, nos vemos. -y colgó.

Me quedé con el teléfono todavía enganchado en la oreja y con la mirada perdida. ¿Qué acababa de hacer? Iba a ir a casa de un chico que ni siquiera conocía en persona, pero que supuestamente él a mí sí.

Antes de prepararme para salir volví al sofá en busca del llavero.

-Kibo, ¿puedes escucharme? ¡Necesito respuestas! -dije cogiendo el llavero- ¿Porque tengo un mejor amigo que ni yo sabía? ¿Y si nota y se da cuenta que no sé nada de él?

Me estaba volviendo loca, le estaba hablando a un simple llavero. Pero ¿porque estaba tan nerviosa? ¿A caso quería que la cita me saliera bien? ¿Que Suga no notase que soy una completa extraña?

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*Sonido de timbre*

-Voooooy! -se escuchó desde el otro lado de la puerta.

Suga me abrió. Y en ese mismo instante noté como me subía un cosquilleo por todo el cuerpo, como el corazón se me empezó a acelerar. La verdad es que la voz grave le quedaba que ni pintado con su físico. A pesar de la sudadera ancha que llevaba, se notaba que era de complexión delgada.

Normalmente cuando una persona iba todo del mismo color se hacía monótono o incluso pesado, pero no sabía que existían personas a las que les sentaran tan bien ir totalmente de negro. En cuanto a la cara, no pude negarlo, era realmente atractivo.

Me encantaba todo de él; la forma de vestir, sus ojos, su boca, sus piercings, su pelo rubio... Era perfecto. Él tal cual me abrió, me dio un abrazo de bienvenida. Obviamente me quedé sorprendida ante eso, pero al ver su expresión de duda tuve que fingir una sonrisa.

"Intenta que no te descubra, intenta que no te descubra" era lo único que pasó por mi mente en ese momento. Me invitó a dejar mi chaqueta y mi bolso en el perchero y a sentarme en el sofá.

Realmente tenía una casa muy bonita, que al igual que su voz, iba acorde con él.

-¿Y que has preparado para comer? -dije mientras observaba todavía la decoración.

-¿Preparar? Más bien encargar. He pedido comida china, tu favorita. -me dijo mientras se sentaba a mi lado.

¿¡Cómo podía saber eso?! Esa sensación de saber que te conocía demasiado una persona a la cual tú no, era muy extraña.

-_____ te noto un poco extraña desde que te he llamado. ¿Pasa algo? -dijo mientras ponía su mano en mi hombro.

¿Que si me pasa algo? Pues me pasa que me ha aparecido una ángel que me ha dado 7 citas con 7 chicos que ni conozco. Me pasa que supuestamente tú eres mi mejor amigo y yo no te he visto en mi vida. Me pasa que sabes mucho de mí y yo nada de ti. Y lo peor de todo, que como sigas siendo así de agradable y atento conmigo, no voy a poder controlar mi corazón.

Ojalá hubiera tenido el valor necesario para decirle todo aquello, pero por suerte o por desgracia, no lo tenía.

-Nada, es solo que estoy un poco cansada -dije sonriéndole.

Él no dijo nada, solo me devolvió la sonrisa y me acarició la espalda cariñosamente. _____, por favor contrólate.

-Suga, no hacía falta que encargaras nada, yo con una ensalada o algo fácil de comer ya me apaño. -dije retomando la conversación anterior.

-No solo la encargué porque sabía que era tu comida favorita. Si no que también porque no me apetecía ir al supermercado a comprar los ingredientes para prepararlo todo. -dijo acomodándose en el sofá.

Y en ese momento supe, con total claridad de quien era; Suga, "mi mejor amigo", y su pecado; la pereza.

7 pecados capitales (bts & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora