Hoja verde.

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Ellos llegaron a San Isidro, un mundo humano, sin nada sobrenatural.
Era una mañana tranquila, como solían ser en san Isidro. Ese día decidieron acudir a la ágora para conocer a la persona que gobernaría con sabiduría el pueblo.
Ambos se acercaron a la multitud que entre los gritos de felicitaciones celebraban por la llegada de Gerald quién según su discurso protegería al pueblo.
Luisa observó el rostro de aquel hombre provocando una expresión de sorpresa y llanto ya que Gerald venía siguiendo sus pasos desde aquel día que asesinó a su madre por dar a luz a la hija del diablo.
Liam se percató del llanto de su hija e inmediatamente conoció el porqué, él tomó del brazo a la pequeña para llevarla de regreso a casa y huir de nuevo pero Luisa se soltó del agarre perdiéndose entre la multitud.
La pequeña poco a poco fue adentrándose en el bosque al no recordar el camino a casa, Gerald comenzó a pisar sus pasos, la siguió hasta el bosque pero ella logro ocultarse en un árbol hueco perdiendo de vista a aquel hombre, pronto se quedó dormida sin moverse.
Liam comenzó a buscar a su hija, se adentro de nuevo en el bosque perdiendo la noción del tiempo, le ganó la oscuridad y decidió esperar el amanecer ahí dentro.
Gerald no dejo de buscar, el amanecer lo alcanzó, perdiendo así el rumbo de su búsqueda.
Luisa salió del árbol al ver que ya era un nuevo día, cogió una vara no muy gruesa con bordes filosos, con ella intento alcanzar frutos de un árbol, se quedó inmóvil al escuchar la respiración de un lobo que la observaba sigilosamente; dió un paso atrás pisando ramas que había en el suelo provocando ruido, pronto el lobo abalanzó el cuerpo a su presa, está brindó un grito de temor lo que Gerald pudo escuchar hasta su distancia, apresuró su paso hasta llegar a donde se encontraba Luisa la que según él era la hija del demonio, al llegar la escena se pintaba horrorosa, una vara atravesaba el cuerpo de aquel lobo gris, la pequeña salió debajo del cuerpo con su vestimenta manchada de sangre por su acto, Gerald asombrado la observó con miedo, pero Luisa quería algo más grande, se podía reflejar en su mirada la sed de venganza; tomó la vara y corrió en dirección a Gerald quién corrió como un desesperado por el bosque, con su arma fue lanzando tiros en dirección a ella sin lograr nada, quedaba una bala, Luisa lo estaba alcanzando, pero su último tiro fue perfecto, adornando la cien de la pequeña, cayó al suelo con su mirada en dirección al cielo, Gerald se quedo a contemplar su triunfo pero no se dió cuenta que detrás estaba el padre quien no lo dudo y tiro del gatillo provocando la muerte instantánea, los escoltas del pueblo encontraron aquello, con sus armas apuntaban al padre de Luisa pero esté actuó rápido, coloco el arma en su boca provocando su muerte, quedando así los cuerpos sin vida en medio del bosque.

Luisa, la hija del diablo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora