Regreso de la luciérnaga

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Llegué hasta aquella cueva en el bosque, ahí me esperaba Clarisa irradiando luz como siempre, algo tenía en brazos, no sabía qué pero su aroma era similar al mío.
- Ella es nuestra. - dijo Clarisa observando a Liam.
- ¿Nuestra? No entiendo. - expreso él sorprendió.
- Tu y yo estamos destinados a estar juntos a pesar de ser tan diferentes, yo soy luz, paz y armonía, tu eres caos, muerte y hambre por eso es que debemos de estar juntos, ella, la pequeña Luisa crece con prontitud, es una combinación de ambos por eso está aquí con nosotros ahora, Liam sé que no eres un vampiro, un hombre lobo o un demonio, tú eres ellos tres por eso tu especie fue asesinada porque tienes fuerza sobrenatural que nadie puede igualar, ni siquiera tu padre lo hizo, ni el dios de los infiernos posee el poder que tú, Luisa tendrá toda tu habilidad, tendrá mi luz y mi apariencia física... - comentaba Clarisa antes de ser interrumpida.
- ¿Cómo sabes todo eso? - cuestionó Liam.
- Nosotros, mi familia nos conocen como la luz de la paz, tenemos la habilidad de ver el futuro y dominar cualquier tipo de luz, por eso es que aquí está iluminado, también dentro de poco, muy poco, yo... Yo. - Clarisa callo, no quiso decir más.

Liam estaba desconcertado, a penas unos segundos no sabía quién era y ahora era más poderoso que el dios de las tinieblas, sabía que el monje los perseguía pero él no podía penetrar su mundo, no podía seguirlos hasta allí o eso era lo que Liam creía.

Luisa, la hija del diablo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora