Fuerza bruta.

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Estaba atado por los tobillos y las muñecas en una mesa de piedra, el monje tenía armas que parecían sagradas, eran iluminadas por la luz de la luna, mi cuerpo estaba a su merced.
- Eres al único de tu especie que conozco que no tiene sus habilidades desarrolladas, conocí a tu padre igual de patético que tú pero él si fue fuerte, batallo por su vida y la de tu madre, tu eres el único hijo puro de toda tu especie pero no me sorprende que desconozcas esto pues mis antepasados han exterminado a los tuyos, me diste trabajo, eres el último, por fin terminamos con ustedes. Si hubieras sido listo te darías cuenta que tienes poderes sobrenaturales, tú eres la especie más poderosa que existe, ni el mismo demonio posee lo que tú. - dijo el monje afilando las armas.
- ¿Conociste a mis padres? - cuestionó la bestia.
- Si, yo los asesine, aún eras un bebé cuando lo hice, al parecer ellos sabían que yo iría por su piel y te ocultaron en un mundo donde yo no puedo entrar, siempre te seguí el rastro con aquellas personas que dejabas sin vida, entre ellas y sin saberlo disfrutaste de los gritos de mi madre, te alimentaste de ella. - respondió el monje.
- después de todo estamos a mano. - dijo él.
- No, asesinar a tus padres es mi deber, lo tuyo sólo es salvajismo. Aún recuerdo el nombre que pronunció tu madre cuando le asesine... Liam, Liam. - pronunció el monje.
- Es hora de asesinarte, Liam.

El monje tomo un especie de flecha con la punta de plata.
- ¡No! No lo harás conmigo. - pronunció Liam deteniendo al monje con sus manos.

El monje se sorprendió pues nadie había tenido la fuerza para quitar lo que yo si, me fui de ahí, tan rápido como pude, regrese a mi mundo, necesitaba buscar a alguien más de mi especie.

Luisa, la hija del diablo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora