Había estado huyendo junto con mi esposa Clarisa, alguien me seguía desde ya bastante tiempo, sabía de quién se trataba y porqué lo hacía, mi esposa esperaba a Luisa nuestra primer hija, desde que conocí a Clarisa todos estaban en desacuerdo, nadie aceptaba que estábamos destinados a estar juntos a pesar de ser tan diferentes. Ella era la luz más clara del horizonte y yo solo un pobre mendigo que no sabía que provenía de las tinieblas, sabía que era malvado, despiadado y hasta un asesino pues disfrutaba de quitarle la vida a mis presas que no siempre provenían del bosque, pero precisamente fue ahí donde conocí a mi Clarisa, la ví en aquella noche densa, su cabello rubio era iluminado por la luz de la luna, sus ojos azules me brindaron el mayor miedo que me provoco estremecimiento, jamás me detuve para asesinar a una mujer pero ella tenía algo diferente, me enamoré de su forma de temer, nunca pude tocarla, solo olía el suave aroma de su piel a distancia.
Ella me busco, huí porque sabía que su aroma me conducía a la locura hasta ser irresponsable de mis actos, tenía miedo de que muriera en mis brazos como las otras personas que asesine y que sólo ví como alimento, yo no era un vampiro ni mucho menos un hombre lobo, ellos solo beben la sangre de sus víctimas, yo soy más que eso, disfruto de devorar el interior de mi presa mientras está con vida, disfruto de sus gritos y hasta el sabor de sus cuencas, por eso me sorprendió que yo siendo la bestia que soy me detuviera por ella, por mi bella Clarisa la que con su compañía mi hambre voraz se apacigua.
ESTÁS LEYENDO
Luisa, la hija del diablo.
RandomToda historia tiene un comienzo, a veces uno cree que es perfecto e ideal para todo pero siempre hay alguien que se encuentra un paso antes que nosotros, un paso que nos duele, que nos daña y nos hace querer llorar hasta quedar secos pero cuando ere...