FAKE BOYFRIEND ✧ kookv

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Tal vez no quería que Jungkook se fuera porque se sentía culpable. O tal vez porque una parte de el quería arreglar las cosas con el chico.

Así que cuando vio que Jungkook se levantaba del sofá con la excusa de que necesitaba tomar el aire, aprovechó y lo siguió segundos después, sin importarle las miradas extrañas por parte de Namjoon y Hoseok.

Jungkook se había sentado en las escaleras del porche, con los ojos cerrados, disfrutando del aire que chocaba contra su cara. Taehyung no era muy silencioso, así que sabía que Jungkook ya se había dado cuenta de su presencia. Aún así, el menor no abrió los ojos, tampoco cuando Taehyung se sentó a su lado.

El castaño recorrió el rostro del chico a su lado con los ojos, memorizando las pecas en su rostro, prestándole demasiada atención a su labio inferior (que era mucho más voluminoso que el superior) y notando lo afilada que era su mandíbula.

—Una foto duraría más—susurró Jungkook aún con los ojos cerrados.

Taehyung desvió rápidamente la mirada, los nervios recorrían su cuerpo por haber sido atrapado observándolo. Después de dos minutos de silencio, Taehyung se atrevió a mirar por fin a Jungkook, abriendo la boca dispuesto a soltarlo todo.

Pero los ojos de Jungkook lo detuvieron. La noche se reflejaba en ellos, incluso las estrellas apenas visibles en el cielo se convertían en un mar de luces en sus ojos. Eran tan oscuros. Taehyung se esforzaba en encontrar la diferencia entre el iris y la pupila, sin ningún resultado. Estaba hipnotizado por esas pestañas negras que conminaban con sus ojos. Nunca unos ojos oscuros habían llamado tanto su atención, hasta ahora.

—Taehyung—la voz de Jungkook lo saco de sus pensamientos, sin embargo esta vez no se molesto en apartar la mirada.

—Lo siento—Taehyung habló, aún maravillado por los ojos del menor.

En definitiva, Jungkook no se esperaba eso. No dejo que hablara, simplemente continuo con su disculpa, sabiendo que si se detenía no encontraría la valentía para decírselo otra vez.

—No debí pegarte, reaccione mal—confesó.—Ya no tienes el morado.

Los delgados dedos de Taehyung se dirigieron a su mandíbula, la yema de sus dedos apenas rozó a Jungkook, pero aún así le provocó un escalofrío al de ojos oscuros. Sorprendentemente, no se alejó.

—Es maquillaje—murmuró Jungkook.

Y en unos segundos, ambos reían débilmente. Esas risas suaves, coquetas, tímidas, donde tus mejillas se vuelven rosadas y las comisuras de tus labios se elevan ligeramente. Esas risas angelicales que sueltas con tan poco esfuerzo, pero que significan mucho más que una carcajada. Esas risas tan intimas, que ahora Taehyung compartía con Jungkook.

—Déjame decirte que escogiste el tono equivocado—se río Taehyung.—Es como si te hubieran dado un brochazo de bronceado en la mandíbula.

—Oh, ¿ahora también te ríes de mis habilidades con el maquillaje?—los ojos de Jungkook se hicieron más grandes, causando que Taehyung volviera a reír.

Era extraño, estar de esa manera con Jungkook, riendo, haciendo bromas y disfrutando su tiempo juntos, teniendo en cuenta que hace una semana Taehyung le había pegado. Pero aún así, Taehyung no se sentía mal, era reconfortante.

—Yo también—dijo ahora Jungkook, calmando su risa poco a poco.

—¿Tu también que?—preguntó confundido.

—Yo también lo siento—dijo por fin.

Taehyung no se movió, tan solo se quedó mirando a Jungkook, intentando procesar lo que le acababa de decir. Jungkook se había disculpado, y eso le puso contento. Tenía miedo de que el orgullo de Jungkook saliera a la luz, comportándose como el idiota que era en el instituto. Por eso, ver que realmente Jungkook iba en serio con su disculpa, le puso muy feliz.