Vous me fermes les portes, Ash

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      Después de comprobar el nombre del hotel donde se hospedaba su madre, Ash dio media vuelta y se fue corriendo hacia la escuela. Ya era algo tarde, y si no iba corriendo, no llegaría a tiempo.

— ¡Corre, Pikachu! ¡Si el profesor no nos ve encima de que hemos salido antes...!

— ¿Pika-pi?

— ¡Pues no sé lo que sucederá! ¡Pero bueno no es!

— ¡Pikachu!

     Ash y Pikachu estaban ya divisando la entrada de la escuela mientras corrían a toda velocidad. En la entrada, se estaba posando un Charizard, el mismo Charizard que el de Kiawe. En efecto, él había llegado ahora mismo a la escuela.

— ¡¡Kiawe!! - gritó dando el sprint final y parándose apoyado en sus rodillas.

— Alola, Ash, ¿echando una carrera con Pikachu?

— No... vamos... a llegar tarde... - decía entrecortado por su respiración.

— ¿Qué dices? Yo siempre salgo a la misma hora y llego a la misma hora. Siempre me sobra tiempo.

— ¿E-en... serio?

— Claro, vengo todos los días, Ash.

— Bueno... ese ha sido un buen comienzo para la mañana...

— Si consideras venir chorreando de sudor un buen comienzo, sí lo es.

— Ya se secará - rió.

— Bueno, subamos ya a clase.

— Déjame... recuperar el aliento...

— Qué flojo eres, Ash, ¿dónde queda la motivación de antes?

— En el mismo sitio, sólo que ahora no está activa.

— Anda, vamos... - pasó su mano por su hombro.

— Bueno... - rió y se irguió para seguir adelante.

— Sabes... Serena siempre me decía que estaba muy sudado.

— Ash, chaval - rió.

— ¿Q-qué? - dijo temiendo haber dicho algo extraño.

— Es que... - intentó parar de reír - Siempre que hablamos mencionas a Serena.

— Oh... sí... - se sonrojó.

— Estás muy enamorado, das asco - siguió riendo.

— ¡O-oye! ¡Tú también lo estás! - saltó a la defensiva cruzando los brazos.

— Pero no es como si siempre hablase de ello...

— Yo... es que no... no puedo evitarlo. Siempre pienso en ella, incluso en el baño... - dijo tímidamente y algo rojo.

— ¿¡Eh!? - lo soltó de golpe - ¿Tú? ¿Qué? ¡N-no puedes decir esas cosas!

— ¿El qué? Es normal... es mi novia...

— ¡P-pero! ¡No digas que lo haces en el baño! - se puso rojo Kiawe.

      Ash dudó un momento. Luego entendió a qué se refería y fue abriendo la boca, subiendo las cejas, y sus mejillas y orejas cogían un color rosado cada instante que pasaba.

— ¡¡No!! ¡Malpensado! ¡No lo hago! - dijo moviendo la cabeza en señal de no y cerrando los ojos con fuerza.

— Pfft... - soltó una risilla.

      Pronto, esa pequeña risa de Kiawe aumentó a ser una risa casi a carcajadas. Ash se cruzó de brazos y se puso de lado a él. Lo miraba de reojo intentando aguantar la risa. No tardó demasiado para unirse a Kiawe y la tensión que tenía ahora desapareció rápidamente.

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