Cuando me despierto está fría la cama, estiro los dedos tratando de aflojar mis dedos congelados pero eso sólo logra que en mi piel penetre aún más el aire helado. Sostengo las sábanas fuerte a mi cuerpo unos minutos antes de pararme en la oscuridad. El cuarto está frío, la habitación sombría, un juego de colores opacos juegan frente a mis ojos, pero no puedo dedicarle mucho tiempo a observar porque casi todos mis sentidos están embriagados de temor: él me veía siempre que podía, y no dudaba en traer a sus amigos detrás. Una vez estabilizado en el suelo palmeo las cosas con cuidado tratando de no causar ningún ruido indeseable, no quiero causar nada que interrumpa el sueño de los que duermen al lado, sobre todo por no armar líos. Mis manos temblorosas encuentran un bolígrafo y un cuaderno que no logro ver su portada debido a la poca luz que apenas se cuela por la ventana, camino hacia una mesita de noche y enciendo la lámpara, su claridad se extiende lo suficiente para lo que deseo hacer, y con el lápiz empuñado entre mis dedos comienzo a escribir para calmar mi desesperada ansiedad:
Si pudieras tocarme, al menos una sola vez por completo, ¿me matarías?, ¿moriría o quedaría vivo a plena flor del sufrimiento?
Eres tóxico, me vuelves toxico, haces que pierda la cordura, me vuelvess loco.
¿La furia y el odio se pueden combinar?
Quiero matarte de nuevo, pero tu nunca te iras, porque cada muerte para ti es en vano. Regresas, siempre regresas.
Solo dejame solo.
Vete.
Déjame solo.
No me dejes solo.
Nota/A:
Las palabras subrayadas así son porque están escritas mal, producto del nerviosismo de Eddie ;)
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Para: Elleb
Historia CortaLos padres de Eddie le han regalado un cuaderno para que plasme sus sentimientos en ellos, todo por petición de la psicóloga del joven muchacho. Eddie lo considera estúpido y molesto, ya que él escribe desde hace mucho tiempo y sus padres nunca se h...
