Para: Elleb

5

Razones por las cuales hoy mi día fue más mierda que de costumbre:

1) Apenas desperté mamá me indagó con muchas preguntas estúpidas, como consecuencia rebasé mi estribos y le grité, papá se entrometió y por ende los dos terminaron discutiendo también.

2) Barry por andar con sus derrames alcohólicos había vuelto un desastre la habitación de los gemelos, lo que conducía a nuestro trabajo de Educación Física envuelto en una especie de servilleta que Barry utilizó para limpiarse el vómito de su pantalón. Su defensa fue: «Era muy intenso, chicos. No me lo podía tragar».

3) El trabajo de historia ya mencionado era para recuperar una nota de la única evaluación que habíamos hecho.

4) El profesor soltó humos por los oídos y como nos odiaba por ser según él un trío de vagos intelectuales, nos mandó a hacer 15 vueltas a la cancha mientras él daba la clase.

5) Mi estómago se revolvió y luego de la clase vomité.

6) En clase la profesora de Artes había soltado unas incoherencias extraordinarias acerca de la gramática la clase pasada. Decía que los párrafos constaban de 10 líneas siempre, no más, dejándome como un idiota delante de todos. Y en esta clase volvió a soltar las mismas incoherencias que venían de su cerrado cerebro. No pude evitar decirle que antes de graduarse de cualquier carrera debía de saber español, por lo que me envió a dirección.

7) A la última hora llegó una chica nueva: Elleb Prinerrèt, su existencia soltaba brillo y florecitas a tal punto que me encandilaban los ojos, se sentó detrás de mí y me molestaba a cada rato picandome en el hombro con sus dedos y cuya pintura de uñas era color fresa. Si tantas dudas tenía que le preguntara a los profesores, yo no era un cartel que decía guíame.

8) Cuando llegué a casa no pude echarme a dormir porque tenía que asistir a una reunión de condominio porque mis padres no estaban. A tratar de no darme fuertemente con la pared del club del parque (donde seria la reunión), así suicidándome para no escuchar sus absurdos debates.

9) Y cuando llegaron mis padres y por fin creí que iba a tener descanso trajeron como regalo a mi tía Mardge. Una mujer que irradiaba repugnancia con solo tan escuchar lo que salía por su boca. Espero que se vaya pronto.

10) Volví a tener pesadillas en la noche. Mardge no tardó en decir que deberían internarme en un centro psiquiátrico. Y yo no tardé en decir que allí estaría mejor que con su presencia en el cuarto.

Aún así mi único consuelo es que he tenido días peores.