Miré a la ventana y me sentí vacío. Bueno, es que lo estaba, realmente no era nadie.
¿Cómo había llegado hasta acá? Fácil, por ser yo. Pero, ¿qué se podía esperar de alguien así?. ¿Por dónde empezar?
Desde niño siendo rechazado por ser "diferente". Por mi ansiedad social, me llevaron al psicólogo y me diagnosticaron con varios traumas y trastornos. He sido víctima del bullying, aunque, eso nunca me ha importado realmente; estaba bien si pensaban que era un asco, ese no era el problema, el dilema es que yo estaba convencido de que ser un completo asco.Siempre he sido querido por mis padres y mi hermano, pensarían que eso es suficiente y que seguiría teniendo una buena vida, pero, ni fui planeado y por alguna extraña razón, eso me afectó de pequeño; mi madre decidió tenerme y pensó que no era malo tener otro, y así nació Michael, mi hermano, que sí fue planeado, aunque no cambia mucho, solo es un poco menos peor que yo.
¿A quién engaño? Eso es solo lo que pensaban mis padres, al menos hasta hace unos meses. Mikey solo tenía ansiedad, él era bueno, mientras yo me convertía en un monstruo. A los cortos 15 años no se imaginan lo que que ya había hecho. Yo era una bestia que amenazaba con salir a cualquier momento, quién se metía con mi hermano se metía conmigo, él era la única persona en la que podía confiar, él no me traicionaría, él no diría todas las atrocidades que había hecho su hermano. Por eso para el pequeño Mikey todo era normal.
Eso no responde exactamente la pregunta, lo sé, y aunque todo me valga un comino, de camino a ese infierno, no podía dejar de pensar en todo y en nada a la vez; por más normal que sea para mí pensar ese tipo de cosas era consciente de que mi mente estaba dañada. No tenía nada bien. Casi me meten a un maldito reformatorio, y no sabían ni la mitad.
¿De qué se enteraron? Pues, aquí comienza realmente la historia: estaba rompiendo cosas en el cuarto, pensaban que yo era fuerte, que no me importaba nadie, solo Mikey, y eso es cierto, pero una persona rota, con una famila rota se rompe mil veces más. Enterarte de lo que le sucedió a alguien cercano a ti, una atrocidad, de esas que yo podría hacer, me hacía sentir mal. Seguro no entenderán, luego lo harán.
Para ese entonces, sentía que no existía nadie que fuera mi salvación; de igual manera no consideraba necesario alguien así, estaba seguro de que nadie podía hacerlo, ni mi pequeño hermano.
Retomando el relato, estaba rompiendo las cosas por enterarme que mi tía había muerto, y Donna, mi madre, entró a mi cuarto como si fuera lo más normal del mundo, y vio que habían varios jarrones y cosas rotas. Entonces llegó y me empezó a revisar, porque yo no podía haberme dañado, si le pasaba algo a uno de sus hijos, enloquecería. Entonces, lo vio, una pequeña marca sangrando. Al principio no se alarmó, ella estaba destrozada por la muerte de su hermana, y pensó que había sido al romper las cosas, hasta que vio más y más. Se alarmó y empezó a buscar desesperadamente cosas en mi cuarto, yo me quedé helado, mientras ponía un vendaje en mi brazo. Entonces lo vio todo: cuchillas, cuchillos, hasta una pistola. Me negué a responder qué hacía eso ahí y de dónde lo había sacado, en especial, claro, la pistola. Mercado negro, obvio, pero no le diría a Donna que su hijito sobreprotejido se escapaba a hacer atrocidades como lo diría ella, aunque una atrocidad para ella ya sería saber que fumaba. Podía escucharla: "pobres pulmones".
Me dieron la paliza de mi vida, y como pude, esa noche escapé y me puse a tomar un poco, nunca tomaba realmente, solo ese día, por lo que ya se dieron cuenta de que mis locuras no son hechas por ese tipo de cosas, estaba en mi zona, siempre estaba por allí.
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Unforgettable [Frerard]
Fanfiction¿Cuántas veces se hace algo con una intención y termina al revés? Con él no fue la excepción. Nadie contaba con que lo que ocurriría ni con que encontraría su cura, o más bien, su detonante.