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Llegamos al pueblo de Hogsmeade. Me subí a la carroza acompañada de mi hermano, Theo, Daphne y Parkinson. Tal parece que serán mi nuevo grupo de amigos.

El carruaje es tirado por una criatura con apariencia de caballa huesudo, da algo de miedo. Al comentarlo, todos se extrañaron y dijeron que el carruaje avanza por medio de magia, así que me hizo deducir que son criaturas que pocas personas pueden ver por algún extraño motivo.

Mi primera impresión de Hogwarts: Enorme. Es un castillo con bastantes pisos, tal vez nueve. El palacio de Beauxbatons era igual de grande, pero no con tantos pisos, más bien por la amplitud del palacio ya que son dos que han sido conectados, pero si es más lujoso y luminoso. En mi antiguo colegio todo gritaba a dinero y glamur. Eso se debe a que fue financiado por el alquimista Nicolas Flamen.

No avanzamos mucho cuando oí a mi hermano decir.

- "Te has desmayado Potter? ¿Es verdad lo que dice Longbottom? ¿Realmente te desmayaste?"

Paso a lado de Granger, dándole con el codo. Alcanzo a Potter que subía por la escalinata de piedra.

- ¡Lárgate Malfoy! - exclamó Weasley con la mandíbula apretada

- ¿También te desmayaste, Weasley?

Observé el percance en silencio.

- ¿También te asusto a ti el Dementor, Weasley? -continúo con la burla.

- ¿Hay algún problema? - pregunto con voz amable el profesor que estuvo en el vagón.

Draco le dirigió una mirada insolente y vio los remiendos de su ropa y su maleta desvencijada.

Con cierto sarcasmo en la voz dijo:
- Oh, no eh... Profesor.

Ahora de intervenir.

Alcance a mi hermano, tomando su brazo con fuerza y dándole una mirada de advertencia que lo hizo cerrar la boca.

-Draco, compórtate -apremie en voz baja. Dirigí mi vista al profesor-. Disculpe sus malos modales, profesor.

Con una corta sonrisa, me volví con mi hermano para entrar al castillo bajo sus quejas.

- ¡Me has humillado! -se molestó y se safo de mi agarre- ¡No hagas eso!

-Me trae sin cuidado tus problemas de dominio -rodé los ojos-, pero no tolerare que seas grosero con un docente. Si tienes algo desagradable para decirle, guárdatelo que a nadie le interesa escucharlo.

- ¿Ahora eres defensora de pobretones? -se burló y le propine un codazo- ¡Ah!

-No vas a manchar mi imagen -lo miré mal-. Compórtate como corresponde.

-Perdona -dijo con sarcasmo-. Olvidaba tu falsa imagen con los demás.

Le dirigí una sonrisa sarcástica. -Y sigues comportándote como un niño malcriado.

Heda Malfoy ² : La heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora