James

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- ¿Pasamos la noche viendo pelis? – Me pregunta papá.

- Está bien, nos vemos en unas horas, tengo un par de cosas que hacer.

Salgo de casa y me dirijo al súper para comprar las cosas que me ha pedido Anne. Por el camino me llegan mensajes suyos.

Anne. Recuerda comprar los condones.

James. Estoy en ello como me pediste, estoy nervioso nunca lo he hecho con una chica.

Anne. Nos vemos esta noche a las doce, procura que tu padre esté dormido, mandaré a un amigo para que te traiga hasta mi casa.

Llevo semanas hablando con ella y hoy es el día. Nunca la he visto en persona pero su foto de perfil tiene buena pinta. Llego a la tienda y cojo el paquete de condones rápidamente para que no me miren mucho. Voy hasta la caja y me cobra un hombre de unos cuarenta años, me fijo en que todos lo miran mal por ser negro.

- ¿Quieres una bolsa?

- Sí, por favor.

Pago y vuelvo a casa, escondo el paquete de plástico para que papá no se dé cuenta. Subo hasta mi cuarto y espero a que sea de noche para cenar. Paso el resto de la tarde pensando en lo que pasará cuando vea a Anne en unas horas.

- La cena está lista. – Grita papá desde abajo.

Bajo corriendo y huele de lejos a su plato estrella.

- Pizza de microondas, un manjar de los dioses.

Ponemos la pizza cuatro quesos en un plato y nos sentamos en el sofá a ver una de mis pelis favoritas, Star Wars, la primera. La comida se acaba en menos de quince minutos y dos horas después se ha acabado la peli. Recogemos la mesa y me llega otro mensaje.

Anne. En media hora llegará mi amigo, espéralo en la puerta.

James. Hecho.

- ¿Con quién hablas tanto?

- Con un amigo, quiere que vayamos mañana a montar en bici.

- Entonces será mejor que te acuestes ya si quieres levantarte mañana.

- Vale, buenas noches papá. – Me da un abrazo y me acuesto.

Desde mi habitación oigo como camina hasta su cama. Ya no oigo nada más, se ha dormido. Me pongo ropa para salir a la calle, me echo perfume y cojo los condones, meto dos en mi bolsillo. Salgo de casa sigilosamente y espero sentado en el bordillo de la acera. Al poco rato llega un coche. Me quedo mirando al conductor, está con el móvil. No sé si es él, espero a que me de alguna señal. Me llega un mensaje de Anne.

Anne. Mi amigo ha llegado ya, súbete al coche y nos veremos en diez minutos.

No contesto, tengo demasiada prisa y me subo al coche directamente. La puerta del asiento del copiloto está cerrada, el hombre señala hacia atrás y me subo en el asiento trasero. Me fijo en que los cristales están tintados. Echo un último vistazo al barrio. Hay una señora asomada a la ventana, espero que no me haya visto. Exceptuando a la mujer no se ve a nadie más en la calle, es noche cerrada y hay luna nueva. Decido hablar con el conductor.

- ¿Cómo es que eres amigo de Anne?

- Mi hijo Jeff es su mejor amigo. – El hombre tiene una voz muy seria.

No continúo la conversación. ¿Anne estará con ese tal Jeff? Se lo preguntaré cuando la vea. Pasan los diez minutos del trayecto pero aún no hemos llegado. No entiendo por qué se está alargando tanto el camino. Le escribo un mensaje a Anne.

James. Creo que tu amigo se ha perdido.

Mando el mensaje y oigo el sonido de notificación en el móvil del hombre, se me hiela la sangre. Estamos en las afueras del pueblo, todo está oscuro. Aparca en una zona sin farolas y sin coches cerca. Se da la vuelta y me mira sonriente.

- Dame los condones. – Tengo miedo, no sé qué está pasando y se los doy.

- ¿Dónde está Anne? – El coge los condones, se mete uno en el bolsillo y el otro lo abre.

- Aquí. – Acaba de cerrar los seguros del coche.

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