Al día siguiente de haber llegado al Eco-Terram despierto muy enfadada, ese cabrón de Gabriel me lo ha escondido. Me levanto pero no está en la habitación. Estará desayunando, me dirijo al comedor, lo que me faltaba es que me recibiera con un bocadillo. Entro pisando fuerte sin saludar a nadie, solo lo busco a él. Lo localizo comiendo con Erick, de que tiene que hablar con él, no le estará amenazando, podría llevarse una buena.
- Levanta. – digo al llegar a su mesa.
- Buenos días Rhonda. – saluda Erick amable.
- Ahora no. Gab, ven conmigo. – Se miran y Gabriel viene conmigo a un lugar más privado.
- Cuando me lo ibas a contar.
- ¿A que te refieres? – pregunta él incrédulo.
- A las predicciones de Eydan. Lo que vio en el campamento, no sigas mintiéndome.
- Rhonda, no te estoy mintiendo, no se a que te refieres.
- Prométeme que no corres ningún peligro inminente.
- Hermanita, un millar de anfitriones vienen a por nosotros, todos corremos peligro inminente.
- ¡Promételo!
- Vale, vale. Tranquilízate. Lo prometo. – Me deja más relajada.
- Está bien.
- Ve a desayunar con Erick, te está esperando. – Me mira con cara de complicidad.
- Oye, yo respeto a papá, es muy reciente todavía.
- Yo no he dicho nada. Anda, ve con él. – Asiento, le doy un abrazo y vuelvo al comedor.
Desayuno en el lugar en el que estaba antes Gabriel, en el menú de hoy tenemos un caldo amarillo con sabor a, no sé ni a que sabe. No es fácil alimentar a doscientas personas, supongo que son cosas necesarias. Erick me observa comer como una loca, siempre despierto hambrienta. Recuerdo lo que pasó ayer en la enfermería, cuando me echó la crema en el labio. Me ruborizo al pensarlo.
- ¿Te pasa algo? – pregunta él. Mierda, se ha dado cuenta.
- Tú. Tú eres lo que me pasa. – Se me queda mirando.
- Rhonda, tu padre ha muerto hace poco, no es el momento. – De eso hablaba con Gab, de papá.
- Lo sé, no he dicho que vaya a hacer nada, pero, tú eres especial.
- Tú también eres especial para mí. – Nos quedamos en silencio.
Termino de comer mientras él me mira, parece que disfruta viéndome, no voy a ser tan malvada como para prohibírselo. Él se va a hacer la patrulla diaria con su tío y tres militares más, espero que no le pase nada. Me levanto y voy a mi cuarto a asearme un poco, cojo una muda de ropa y me meto en el baño. Me lavo las partes más íntimas y me cambio. No hay suficiente agua para poder ducharme, puedo soportarlo. Al salir del baño me encuentro a Susan en la cama, está llorando desconsoladamente. Me acerco a ella y le toco la espalda.
- ¿Estás bien?
- Mi hijo, no sé dónde está. – responde ella entre balbuceos.
- Es normal que te sientas así. ¿No crees que llegará aquí en algún momento?
- Es probable, pero no sé.
- Intenta relajarte un poco y esperemos unos días a ver.
- No hay más opciones.
Siento pena por la señora, la entiendo perfectamente, yo perdí a papá y ahora estoy en busca de mamá, a veces pienso que está muerta. Tantas familias rotas, me duele solo de pensarlo. Me entra una furia repentina hacia los anfitriones. ¿Quién puede odiarnos tanto como para mandarnos eso? Salgo de la habitación para dejarle intimidad. En el pasillo me encuentro a Gabriel.
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Enotria
Science FictionVarias personas, tres historias y un mismo problema: Descubrir la verdad. Créditos a comelibros746 por la maravillosa portada. Muchas gracias!!! #423 en Ciencia Ficción el 06/09/17