Drew

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Desde que escapamos de la nube de ácido hemos caminado durante horas. Tenemos que llegar al pueblo de al lado para pedir ayuda y avisar de lo que les viene encima. El abuelo de Annalise parece no poder seguirnos el paso y tenemos que parar un par de veces por él. No le culpo, pero debemos darnos prisa para salvar el pueblo. Jack, el chico del perro, le ayuda a caminar, es una buena persona, y espero que su perro nos sirva de ayuda. Decidimos parar para acampar, estamos todos muy cansados y no podremos caminar de noche. Jack enciende un fuego con unas piedras y unos palos, se le da bien la supervivencia. Cati está acostando al señor, mientras yo me como la cabeza. ¿Cómo estará Susan? Mi mayor temor ahora mismo es que no haya podido escapar de aquella puta nube. Pienso en lo que he hecho hace unas horas. He controlado el viento a mi voluntad. Eso es imposible, aunque parece que no para mí. Mi poder no me pertenece. Las palabras de mi madre hacen eco en mi mente, y las del aquel ser, ¿Cómo era? Nok. Eso es. Esos seres, se llaman Noks. Recuerdo sus grandes ojos observando la foto familiar, recuerdo como me tocó el hombro, a veces creo que siento presión en el hombro, como si me lo volviera a tocar.

- ¿En qué piensas tanto? – Cati se da cuenta de mi ausencia.

- En Susan, y en el ser de tu casa.

- Esto es una locura. Lo que has hecho con esa nube, ha sido impresionante. Todos te lo agradecemos.

- Lo sé. – Contesto dubitativo.

Ella da la conversación por terminada y se acuesta, yo me quedo pensando durante un rato hasta que me quedo dormido.

- ¡Corred! – Me despierta un grito seco.

- ¡Se acercan! – Otro grito, esto no puede ser un sueño.

Es Jack, su perro está ladrando. Me levanto de golpe. Cati está sorprendida mirando hacia todos lados.

- ¿Qué coño pasa Jack?

- El perro, ha olido algo, algo que se acerca.

- ¿Y por qué tu perro ladre quiere decir que nos están atacando?

Un hombre sale de la oscuridad, viene corriendo hacia mí, me tira al suelo, está intentando morderme la cara, pero Jack le pega una patada y me libera.

- ¿Decías? – Al final tenía razón.

Nos levantamos todos y empezamos a correr en la dirección contraria en la que está ladrando el perro de Jack. Sigue siendo de noche, pero está empezando a clarear por el horizonte. Gracias a esa pequeña luz logro distinguir las sombras de los que nos persiguen, no son más de veinte, pero no podemos luchar contra tantos y proteger al abuelo a la vez. Estos no son Noks, son humanos, pero tienen algo raro, la vista perdida, piel oscurecida, como si se estuvieran pudriendo y la espalda extremadamente seca. Corremos por una explanada, el perro nos adelanta para servirnos como guía, Cati tiene la cara sonrojada por el esfuerzo y el abuelo de Annalise respira de forma discontinua. Los caníbales nos persiguen, son rápidos y consiguen unos metros. Jack me dedica una mirada rápida, se está despidiendo, va a hacer una locura. No lo puedo permitir. Cati ha visto también la mirada de Jack.

- Usa tu poder. – Me grita Cati desesperada.

- No puedo hacerlo a voluntad, me sale en situaciones extremas.

- ¡Y qué coño te parece esto! – Tiene razón, pero no sé cómo hacerlo.

Intento hacer mover el viento pero no puedo, yo no lo controlo, mi poder no me pertenece. Mi poder no me pertenece. Pues claro.

- Seguid corriendo, os daré ventaja.

- ¿Qué vas a hacer?

- Salvarte la vida.

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