Pelea callejera

29 1 0
                                    

Ahí frente a ellos se encontraban 5 figuras completamente vestidas de negro; y a lo poco que dejaba ver la falta de iluminación, había una figura recostada en ¿una caja?, otra se encontraba recargada en la pared al parecer inconsciente, y otras tres paradas. 

Dos de las que se encontraban de pie intentaban inmbolizar a la que se encontraba en la caja; la cual daba patadas y manotazos y además era la fuente de los terroríficos gritos, mientras que la última que se encontraba de pie intenta ¿¡clavarle algo!? ¡inconcebible!

       -¿Y ahora que hacemos Leo?-. preguntaba en susurro Donatello.

       -¡No podemos permitir que esos tres hagan lo que quieran!-. dijo en susurro, pero muy molesto y decidido; Raphael.- ¡Están atacando a gente que no se puede defender!

       -En eso tienes razón Raph.- dijo Leo con un susurro muy heroico.- No podemos permitir ese abuso.

       -¡Genial!-. decía Mikey un poco fuera de contexto.- Podré gritar mi Buyakasha.

Los tres mayores se le quedaron viendo con cara de ¿en serio?; Leo comenzó a dar sus señales inentendibles a sus hermanos para dar a entender que atacarían por arriba y los tomarían por sorpresa. Sus hermanos asintieron y a modo sigilo se colocaron en posiciones estratégicas para caer por en sima de los tres abusadores, mientras Leo se acercaría a las personas tiradas y sacaría de allí.

Leo comenzó a hacer una cuenta regresiva con los dedos y luego los tres, Rapha, Doni y Mikey se dejaron caer "sorpresivamente" sobre las tres figuras de pie; las cuales con mucha agilidad lograron esquivar rápidamente a cada una de la tortugas.

       -¡Dejen en paz a quien no se puede defender!-. decía Doni mientras perseguía e intentaba golpear a su contrincante con su Bo.

       -¡Si! ¡por qué no se meten con alguien de su tamaño!-. decía Mikey, mientras que al igual que su hermano perseguía a su contrincante.

       -¡Vuelve aquí!-. decía Rapha enojado de no poder golpear a aquel encapuchado.- ¡Deja que te agarre y sabrás lo que es el dolor!

Los tres hermanos atacaban con patadas y golpes, lanzaban shurikens (estrellas ninja) o intentaba lograr  si quiera un contacto con sus enemigos; pero estos simplemente esquivaban todo a una velocidad sorprendente; aunque lo que más desconcertaba al trío de hermanos, era que las tres figuras encapuchadas no intentaban contraatacar, simplemente evadir los ataques de estos; es más parecía que solo querían acercarse a las figuras que reposaban en el suelo.

Por otro lado, Leonardo se había acercado en primer lugar a la figura que reposaba recargada en la pared, y pudo observar que no estaba cubierta con una capa negra; era una mujer sumamente bella, de unos 30 años calculables, cabellos rubios platinados, piel sumamente blanca y labios de un rosa muy pálido y estaba herida; o al menos  eso pudo descifrar Leo al ver las ropas de la mujer, una especie de vestido gris obscuro con lineas negras, cubierto por manchas frescas de un líquido obscuro; además en la pared había rastros del mismo también.

Al ver esto, recordó a la otra figura ¿se encontraría herida o herido? sería mejor inspeccionar y llevarse a ambos.

Se acercó levemente a la figura recostada; y notó que a diferencia de la otra, esta si estaba cubierta por una capa negra, pero solo hasta por debajo del cuello, dejando el rostro de una hermosa chica al descubierto.

Aparentaba unos 16 años, su piel era comparable al color de la más fina porcelana, blanca y sin daño alguno; sus cabellos castaños ondulados se arremolinaban desordenadamente detrás de su cabeza; sobre sus ojos cerrados se posaban unas largas y espesas pestañas, y de entre sus pálidos y blanquecinos labios pequeños escurría lo que parecía ser un grueso hilo de un extraño líquido negro.

Atrapado en los ojos de la muerteWhere stories live. Discover now