Capitulo 5

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Silencio, era lo que reinaba mientras observaban a ese niño que salió en una de las entradas cerca de la estatua de Anubis mirarles suplicante a aquellos antiguos guerreros egipcios que no la matasen por si lo hacían, sería el fin de la pirámide.

Inuyasha no quería creerle al niño, ella no podía ser la reencarnación de Kikyo, sabía que había muerto pero ella no podía reencarnar y, si reencarnara algún día vendría a este lugar aunque para él era imposible pero, parece que el destino lo había hecho posible puesto que la chica reencarnada había aparecido y estaba justo bajo suyo.

La miró... esta estaba mirando al niño para después mirarle a él sin expresión alguno.

-¿estás seguro?-interrogó el moreno quien insultó a Rin arqueando una ceja

-¡más que seguro Koga!-afirmó el niño-hace rato he estado escondido observando como peleaban, y cuando la vi a ella-apuntó a Kagome con la mirada-me pareció ser idéntica a Kikyo y en eso me di cuenta... que ella es su reencarnación-finalizó

Los muchachos lo miraron, Rin no podía decir nada pero cuando recordó haber visto la pintura en la pared en la que encontraron, le pareció ser lógico por que... había echado un vistazo al perfil de su amiga y admitía que se parecían mucho así que no había duda en que ella es la reencarnación, pensaba.

Se escuchó una pequeña risa de parte de la azabache desviándo sus ojos en ella, el oji-dorado la miraba confundido.

-¿crees que soy la reencarnación de Kikyo? No lo creo-dijo mirando al niño con el ceño fruncido-si fuese así ya me parecía muchísimo a ella, perdón por desilusionarte pero no soy ella, soy direfente-comentó

Con un ágil movimiento, tomó la muñeca del chico ( ya que lo tenía un poco fuerte el agarre) y con su otra mano golpeó el abdomen para así liberarse de él y se apartase indicándole a Rin que llegara a su lado, esta asintió y se dirigió a ella rápidamente ya que los hombres estaban a su izquierda y distraídos por la actuación que ocasionó la azabache y tenía la oportunidad de correr, llegó a ella.

El niño de cabellos rojizos se acercó y ayudó a Inuyasha quien se quejaba del dolor a levantarse con cuidado para después observar a la azabache con una sonrisa e hizo que la mirada achocolatada de ella se ablandara.

-aunque no lo admitas, lo eres, lo único diferente es tu caracter, eso es lo único que te hace ver diferente a ella-agregó, la azabache frunció más el ceño, le arrebató a Rin la lanza y le apuntó, los hombres se alertaron y se colocaron delante del niño pero este no parecía rendirse aunque la estuviera persuadiendo

-¿quien te crees que eres para decirme eso?-dijo Kagome en voz baja mirandole mientras que Shippo sonreía aun más

-Kagome...-llamó Rin ocasionando que su amiga la mirara-creo que el niño tiene razón sobre ello-soltó mirando al niño, ella aún lo admitía

-no solo el niño me lo dice sino tu también-apuntó arqueando una ceja y con una venita en su cien, la peli-caoba alzó su mirada

-la pared que encontramos y la mujer en ella se parecía mucho a ti-comentó-seguro que Sango y Ayame también lo pensaron y no se atrevierón en decírtelo puesto que ya saben como eres...-dicho esto Kagome la miró incrédula mientras bajaba el arma, giró sobre sus talones para caminar y adentrarse a la entrada que estaba trás de ellas

-sigamos con nuestro camino-añadió sin importarle lo que había pasado

-¿¡a donde crees que vas!?-interrogó Inuyasha haciendo que la chica se detuviera y suspirara por un momento, siguió caminando

Rin la observó y luego desvió su mirada hacia los hombres y al niño mientras retrocedía para después trotar hasta su amiga que ya se había adentrado un poco más lejos.

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