Capitulo 13

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-hasta aquí podemos acompañarlas-anunció Shippo a las aprendices quienes se detuvieron en el marco de la entrada principal donde todo había empezado

-gracias, sin ustedes ya estaríamos perdidas-comentó Rin

-no te preocupes-dijo Soten sonriente-si piensan volver ya sabrán donde estamos, bueno, la diosa de Shikon-dicho esto las muchachas se miraron algo tristes por su amiga

-no pongan esa cara-agregó el niño-ella estará bien-

-solo si nos prometen que la cuidaran-sentenció la castaña, ambos niños sonrieron tiernamente y asintieron

Con esas inocentes sonrisas les bastaron para retirarse y subir por el camino corredizo que, al llegar divisaron al anciano Myoga acompañado por una mujer que no conocían, ambos estaban charlando mientras observaban los escritos muy entretenidos.

-¡anciano Myoga!-alzó la voz Ayame llamando la atención

-¡muchachas! Qué bueno que regresaron-sonrió el hombre mientras se dirigía a ellas-me tenían muy preocupado-

-tranquilo, estamos bien-sonrió Sango

-por cierto chicas, les presento a Kaede ella igual que yo es supervisora y también testigo de aquella noche-presentó

-un gusto jóvenes-hizo una reverencia

-el gusto es nuestro anciana Kaede-expresó Ayame

-y díganme ¿que ha pasado? ¿Y Kagome?-preguntó Myoga al percatarse de que la azabache no regresó con ellas, estas se observaron dubitativas

-bueno es una larga historia-comentó Rin rascando su nuca-pero en resumen, Kagome resultó ser la reencarnación de una diosa-la respuesta hizo que el anciano abriera sus orbes impresionado

-¿c-como dices? ¿Kagome es una reencarnación?-volvió a preguntar recibiendo una asentimiento de parte de las tres

-y como evidencia esta allá abajo-informó Sango observando la entrada en la pared

-¿¡como es eso posible!?-expresó la anciana-se supone que era una época antigua, ¿como puede reencarnar una diosa a estas alturas?-

-la verdad es que ni nosotras sabemos-agregó Rin alzando los hombros, Myoga meditaba

-¿y la diosa era?-

-si-asintió Ayame-la legendaria diosa de esta pirámide ,Kikyo-

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Los toques en la puerta se hicieron presentes en aquella amplia habitación de mármol, haciendo que la diosa reencarnada mirase el material de madera, estaba despierta desde hace una hora brindándole la oportunidad de conocer un poco más aquella habitación, se alivió de qué obtenía una ducha.

-adelante-respondió, observó la puerta abrirse y ver una cabecita asomándose con una sonrisa-Soten...-

-veo que ya despertaste ya hace mucho-comentó cerrando la puerta tras de si para después dirigirse a donde estaba ella, sentada a la orilla de la cama

-en realidad hace una hora-

-¿como te sientes? ¿Es raro ser la reencarnación de alguien?-preguntó curiosa, Kagome sonrió

-creo, aunque no se me quita la idea de cómo una diosa tan poderosa se dejo vencer-la niña la miro seria

-fue solo un descuido-

-dudo que lo sea-

Soten pensó por unos momentos mientras la observaba, eran idénticas solo que su carácter las diferenciaba, tal vez sus gustos, pero se alegraba tanto tener una nueva diosa que los protegiera. Entonces ¿sera necesario decirle la verdad de lo que paso con Kikyo realmente?, ¿de el porqué se desató la guerra entre El Perla Negra y Shikon?, ¿de el porqué esa debilidad que la diosa mostró cuando estaba peleando con...? Meneo su cabecita, ella era testigo de lo que le paso, y Abi era testigo del cuál fue el propósito.

El Rey Escorpión Bankotsu no lo sabía, ni mucho menos los guardianes y el pequeño Shippo, ellos estaban más allá junto con la diosa Abi, y ella... ¡ella estaba con la diosa Kikyo! Peleando, e intentando protegerla de cualquier Anubis de aquella pirámide, ella prometió no contarle a nadie hasta que llegara el momento al igual que Abi, ambas hablaron sobre esto e hicieron un acuerdo sabiendo de que Kikyo iba a reencarnar. Solo tenían que esperar, aunque Kagome ya tenía todo el derecho de saberlo por ser la actual diosa de la pirámide.

-oye, me entere que Inuyasha te mostró la ciudad y que querías conocer mas-comentó sonriente-es normal que sientas mucha curiosidad-

-y no es normal que sigas siendo una niña a pesar de que vivas millones de años al igual que Shippo-dijo, esta rió

-por una parte esta nuestros poderes y por otra parte la Fuente de la Vida-le guiño un ojito haciendo que esta sonriera, Soten se levantó y le tendió su morena y pequeña mano-vamos te encantara la pirámide-

Kagome tomó su mano y salieron de la habitación para llegar al gran salón donde estaban los guardianes y el pequeño niño admirando la ciudad, todo estaba en silencio y tranquilo.

-aparte de ustedes...-llamó la atención de los presentes-¿no hay más habitantes aquí?-

-la hay-respondió Koga sonriendo

La chica se sorprendió, ¿en serio habían más? Pero... ¿donde están?.

-en el Reino Escorpión-este niño como siempre de adivinar los pensamientos de los demás, aun así era muy astuto

-¿por que no vienen aquí?-preguntó

-cada diosa o rey tiene su propio espacio-contestó Sesshomaru al mirarla-en este caso es el Reino Celestial como puedes ver-

Con razón la ciudad es bellísima, como si fuese una romana pero faltaban los habitantes, la chica se acercó y se sentó en el primer escalón donde estaba Inuyasha observando la ciudad, Shippo estaba en el segundo que enseguida es acompañado por la pequeña diosa de los Escarabajos Egipcios. Miro hacia arriba, ya era de día y los rayos del sol se reflejaban a través del gran ventanal iluminando a la ciudad.

-¿qué hay del reino de la diosa Abi?-preguntó

-en ella son muchos insectos, la diosa Abi es solitaria y a veces viene-esta vez respondió Miroku

-el mío es igual-anunció Soten girándose para verla ablandando su mirada-solo que mi padre murió en aquella guerra y me tocó defender mi reino, desde ese entonces me la he pasado siempre aquí-

-lo lamento-expresó la chica, la niña negó con la cabeza

-eso fue hace muchos años-sonrió

Kagome le devolvió la tierna sonrisa y se concentró en la ciudad, tenía mucho que preguntar y a la vez conocer la pirámide entera ya que solo conoció la pequeña y hermosa ciudad, ¡es más! Se levantó y bajo por los escalones muy decidida siendo observada por los guardianes y los niños. Giro a verlos con una sonrisa.

-quiero conocer la pirámide entera-informó-¿alguien me acompaña?-

-te acompaño-dijo rápidamente Inuyasha, la chica sonrió y se encaminaron a la salida de la ciudad

Que cambio... fue lo que pensaron cada uno de los guardianes observando a Inuyasha, ¿desde cuando ofrece su compañía a una persona? Bueno esta era legendaria y no se quejaban, al contrario, sonrieron por el acto tan repentino de parte de él.

-a que esos dos terminaran juntos-le susurró Soten a Shippo muy sonriente

-¿tú crees?-la miro con sus ojos brillantes por la ilusión

La niña asintió y ambos cayeron a carcajadas por tal comentario de parte de la princesa, los guardianes simplemente los miraban confundidos por tan repentina risa de los infantes pensando que tal vez era un chiste pero, ¿y si era algo importante? Hay que considerar que la princesa es de la realeza donde pueda esconder muchas cosas aparte de controlar a los escarabajos.

También pensaron que, aquellos que acababan de traspasar el puente puedan que haiga algo más entre ellos. Raro ¿no?. Entonces... ¿qué tiene de malo que puedan sentir algo muy especial?.

Nada.

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