(My) Thoughts

Fe.

En que creer cuando ya no hay nada por lo que hacerlo? En que creer cuando científicos y matemáticos refutaron todas las religiones? Cuando miles de filósofos las cuestionaron? Cuando historiadores desmintieron varios cuentos de hadas que libros religiosos transformaban en verdad? Cuando instituciones ricas y poderosas comenzaron a cambiar el ángulo desde el que se toma la religión que profesan?
Uno se siente perdido frente a un mundo en el que todo es mentira, o todo está a pasos de serlo. Un mundo donde es imposible que algo sea verdadero, o de que nadie nos mienta, ni nos estafe, ni nos decepcione. Uno vive en un mundo en el que, cuando se da cuenta, es un mundo horrible donde hay numerosos maltratos, violaciones, fobias hacia minorías, discriminación, pobreza, mentira.
En ese entonces uno se cree perdido, no tiene chances de salvarse de la miseria de existir, de la tristeza de ser parte de una sociedad tan inmunda. Comenzamos a creer que ser parte de esa civilización, y comportarnos como las mayorías de esta, es la única opción; algo de lo que no podemos escapar: deberemos creer en Dios o no creer en nada.
No es así. No debemos pensar la vida como algo tan binario. Porque uno puede creer con toda su alma, toda su pasión, toda su vida en lo que lo inspira a uno.
Podemos creer en el arte; creer que el arte es nuestra salvación, que mientras haya arte estamos en un buen camino, que el arte nos dará las respuestas de la vida, que frente a un problema podemos hacer arte e intentar estar mejor a través de este.
Podemos sino, creer en el destino; creer que por 'algo' pasan las cosas, creer en que tenemos un destino planeado y que, sin importar las vueltas de la vida, siempre llegaremos a este destino -o este destino cambiará y llegará a nosotros-
Podemos creer en el amor; creer que el amor lo vence todo, que este siempre triunfará, que encontraremos a la persona ideal y eso disminuirá nuestros problemas, que el romance de película algún día pasará, creer en el amor que un familiar, amigo o amiga nos da y que nos sirva este mismo para ser mejores, creer que dar amor y recibirlo es la mejor terapia.
Podemos incluso creer en el cielo; no un cielo como el opuesto de infierno sino el conjunto de nubes y oxígeno y pájaros y sol o luna que vemos cuando alzamos la mirada, creer en que nos guiará y sus colores alegrarán nuestra existencia, creer en que si estamos perdidos tendremos las estrellas que nos guiarán, que incluso cuando lo perdimos todo, el cielo seguirá ahí para nosotros.
Aunque muchas veces, al desviarnos por el lado de buscar algo o alguien en quien creer olvidamos lo fundamental, en lo que siempre deberemos mantener la fe:
En nosotros mismos; creer que aunque lo perdamos todo, siempre nos tendremos a nosotros mismos, creer en nuestras ideas, valores y convicciones, creer que siempre intentaremos elegir el mejor camino, el más conveniente, creer que nosotros somos capaces de afrontar problemas, creer que -incluso cuando el mundo entero está en nuestra contra- seguiremos luchando por lo que creemos, creer que siempre intentaremos ser una mejor versión de nosotros.
Y existen miles y millones de cosas más en las que creer; podemos creer en la suerte, en un movimiento o una causa, lo que sea, pero debemos siempre recordar que hay que creer en nosotros mismos, porque sin nosotros, no somos nada.